Unos ochenta residentes finalizan su formación en el CHUS: «Prioricé quedarme aquí y ahora quiero devolver lo invertido en mí»
![Elisa Álvarez González](https://img.lavdg.com/sc/D3Pk1e1j7l_f09AzIbDdw_jo2BA=/75x75/perfiles/169/1422312418343_thumb.jpg)
SANTIAGO
![Brais Botana finalizó en mayo su residencia de neurocirugía y se ha quedado con un contrato estable en el Clínico](https://img.lavdg.com/sc/88NEvAoKSoxrqb_rIE1qztdoWCY=/480x/2024/09/15/00121726422302475157650/Foto/SS16C3F1_194353.jpg)
Algunos de los especialistas acabaron en mayo y el grueso lo hace este mes; un porcentaje considerable ya tiene encima de la mesa un contrato de trabajo
16 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Unos ochenta residentes acaban este año su período de formación en el área sanitaria de Santiago. La mayoría lo hace este mes porque forma parte de la promoción que inició su formación tarde por la pandemia. Otros especialistas, aquellos cuyo mir dura cinco años, lo hicieron en mayo. Son médicos mayoritariamente —21 de ellos de familia—, pero también hay enfermeros, farmacéuticos, biólogos y psicólogos.
Brais Botana (Lugo, 1994) es uno de ellos. En mayo acabó los cinco años de neurocirugía y se ha quedado en el CHUS con un contrato de tres años, de los llamados de relevo generacional. No tuvo dudas, «al elegir plaza pude haberme ido a un gran hospital de Madrid o Barcelona pero prioricé formarme aquí, me gusta el proyecto del servicio por lo que ahora me gustaría devolver lo que se ha invertido en mí a lo largo de estos años, además estoy contento y motivado».
Han sido cinco años de duro trabajo en una especialidad «con un período formativo muy intenso y exigente». Se trata de un servicio que no existe en los pequeños hospitales pero que ha experimentado un aumento en los últimos años, «eran 40 plazas y actualmente superan las 50 en España», explica este facultativo. La situación de la neurocirugía es buena para los residentes que finalizan, y por lo que sabe la otra especialista de su promoción, del Chuvi, también se ha quedado. Eso sí, no lo tiene tan claro con los que empiezan ahora el mir. Convencido del nivel que tiene el CHUS en esta área, se ha involucrado en los dos equipos en los que el Clínico es hospital de referencia —trastornos del movimiento y epilepsia— y también le interesa la neurocirugía vascular, «con una curva de aprendizaje muy grande», concluye.
![Raquel Carracedo, microbióloga](https://img.lavdg.com/sc/r8QpAOGN9azjI-I2XaPMJENdb1U=/480x/2024/09/15/00121726422302228190269/Foto/SS16C3F2_194423.jpg)
Raquel Carracedo (Santiago, 1996), termina su residencia de microbiología este mes. Esta bióloga no tuvo dudas, al igual que Botana, de cuál era su especialidad. Y también como el neurocirujano se quedará en el CHUS, con un contrato de tres años. Antes de la pandemia, cuenta, «non había moito traballo», pero el coronavirus hizo evidente la importancia de los microbiólogos, «e agora o panorama laboral está bastante mellor, o ano pasado quedáronse os tres que remataron en Galicia e este parece que tamén». Es lógico, si se tiene en cuenta la llegada de virus y bacterias y, sobre todo, el aumento de las temibles bacterias súper resistentes.
Un microbiólogo lleva a cabo el diagnóstico y control de infecciones, de la vacunación y de las bacterias súper resistentes con el objetivo de evitar que se diseminen por el hospital. Incluso tienen un papel clave en los trasplantes, «facemos as seroloxías, moi importantes para saber se a persoa ten virus, bacterias ou parasitos que poden provocar problemas no transplantado».