El avance del centro comercial, residencial y de ocio Área Central con pasos firmes hacia una segunda etapa de esplendor es el triunfo de la iniciativa privada contra el viento y la marea de una pésima gestión pública que no hizo otra cosa que abocar al fracaso al que debía ser, desde el polígono de Fontiñas, uno de los motores del sector terciario de la ciudad. Si usted, querido lector, se da una vuelta estos días por la calle comercial cubierta del todavía, superadas ya tres décadas, espectacular edificio percibirá enseguida que las cosas están cambiando mucho y para bien en Área Central. Vuelve a llenarse de vida, de trasiego de personas de un local comercial a otro, entrando y saliendo del nuevo gimnasio que ocupa una gran parte del entresuelo, donde antaño estuvo la bolera, o animando las terrazas hosteleras, ya sea en la plaza de Europa o en la calle interior. La gestión de Javier Suárez-Vence Cabanillas al frente de la gerencia, encaminada desde hace varios años a convertir Área Central en referencia gallega del segmento outlet, ha dado frutos tras grandes esfuerzos y malabarismos económicos, y aún seguirá dando más, porque se ha demostrado muy acertada para ser un nuevo motor comercial, junto al hipermercado que sigue demostrando una fidelidad inquebrantable, prueba de rentabilidad. Área Central ha encontrado su sitio, se ha reposicionado tras la vía de agua y el casi hundimiento que le supuso la apertura del centro comercial As Cancelas, hace doce años, a unos pocos centenares de metros de distancia. Su apuesta por una amplia e innovadora oferta de ocio y hostelera no hace más que subrayar la recuperada potencia del conjunto. Y todo ello con el relativo hándicap del aparcamiento subterráneo de pago, compensado con las amplias bonificaciones vinculadas al gasto realizado en los establecimientos. Sin duda, la excelente dinámica de la calle cubierta de la planta baja será un aliciente añadido para una mayor ocupación de los locales de la primera planta, de perfil más orientado hacia las actividades profesionales y de servicios. Área Central vuelve a ser un valor potente de la ciudad, afortunadamente. ¿Se imaginan ese edificio convertido en una ruina económica y social?