El discurso del BNG apunta a la subida del IBI en Santiago, pero no concreta una propuesta
SANTIAGO
El bipartito carece de borrador de presupuestos para el 2025, iniciado ya noviembre
08 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El incremento del IBI estará en el centro de la negociación de los presupuestos. El gobierno de la nacionalista Goretti Sanmartín apunta desde hace meses a la subida del impuesto. Sin querer confirmar definitivamente una propuesta de incremento, su discurso va en esa dirección. El aumento de los gastos ordinarios por la subida de precios y del gasto social, el desembolso que suponen las mejoras en servicios pendientes de renovación y la conclusión de la suspensión de las reglas de gasto de los últimos años, lo que limitará la capacidad de endeudamiento municipal para afrontar inversiones, alimentan ese discurso tanto como las referencias a que los últimos cambios en ese impuesto datan del 2016.
Martiño Noriega intentó subirlo para esa anualidad. Pero en una jugada inesperada en el mismo pleno en que se debatía la propuesta (en noviembre del 2015), PP y PSOE le dieron la vuelta y acabaron bajando el tipo impositivo al 0,51. Estaba entonces en el 0,54. Durante aquel mandato no se volvieron a tocar las ordenanzas fiscales, ni tampoco en el posterior de Bugallo.
La condición de su gobierno era tan minoritaria (10 concejales) como la de su antecesor y el socialista no quiso abrir ese melón, salvo muy al inicio del mandado. Lo hizo solo para pactar con Noriega (antes de que dejase la actividad municipal) una nueva bajada para el rural (al 0,48) y la subida (al 0,57) para los inmuebles urbanos no residenciales de mayor valor catastral (grandes áreas comerciales y párkings). Aquel acuerdo fiscal conllevó además bonificaciones en el IAE y el impuesto de construcciones para el asentamiento de nuevas empresas.
En una situación más minoritaria todavía (ocho concejales), el ejecutivo de Sanmartín sabe que depende de la oposición para cualquier cambio fiscal. Le llega con el PSOE, que ya ha mostrado su disposición a negociar los presupuestos, aunque los contactos no han pasado de ahí, de momento, sin un borrador del gobierno que poder presentarle.
El PSOE, pendiente
Cualquier expectativa de incremento fiscal ha de pasar por los socialistas, que no parecen estar mucho por la labor, pero que tampoco se cierran a escuchar lo que tenga que plantear el bipartito que conforman BNG y CA. A escuchar la propuesta global presupuestaria, no una iniciativa fiscal específica, porque quieren tener todos los datos. Según su portavoz, Gonzalo Muíños, habrá que esperar a ver qué cuentas se le presentan y después analizar muy detenidamente el porqué y que todo esté «moi explicado» antes de posicionarse. Los socialistas solo entrarían a evaluar una posible subida «se fose imprescindible».
Pero, de momento, no hay ninguna propuesta sobre la mesa y no parece que vaya a haberla en unas semanas. Y con la primera de noviembre ya vencida, el tiempo corre en contra de cualquier cambio impositivo. Las ordenanzas fiscales de devengo anual, como es el caso del IBI, deben estar aprobadas para entrar en vigor el primer día del año. Y el tiempo aprieta ya, porque, tras su aprobación inicial, deben publicarse y exponerse al público al menos treinta días. Y si hay alegaciones, resolverlas, antes de que la propuesta vuelva al pleno.
«O goberno traballa en cadrar as contas tocando o menos posible a carga impositiva»
Sin confirmar si finalmente habrá una propuesta alcista en el IBI, el gobierno tampoco la descarta. Insiste en que dependerá de las cifras finales de ingresos y gastos y en la necesidad de afrontar el mantenimiento de servicios de calidad para los compostelanos. En esa línea apuntan que están trabajando con la intención de «non tocar os impostos», aunque no dejan de recordar que en su primer año de gobierno no los subieron, y de precisar que pretenden «cadrar as contas tocando o menos posible a carga impositiva». «Traballamos co obxectivo de garantir unha alta calidade dos servizos que se lle prestan á veciñanza, así tamén como que supoñan unha transformación para o Concello, tanto no visible como nas áreas que non o son», dicen, y que pretenden negociar con los socialistas «un acordo bo para a cidade» en «beneficio da veciñanza».