Inocentadas

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

29 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En otros tiempos, el 28 de diciembre era un día señalado en rojo en el calendario informativo anual por las inocentadas que numerosos medios de comunicación, incluso los que eran considerados muy serios, gastaban a sus audiencias, llegando a movilizarlas masivamente para comprobar in situ el espectacular hecho falsamente noticioso revestido de veracidad y con foto fake incluida. Y eso, muchas décadas antes de que se supiese nada de la inteligencia artificial y su vasto potencial manipulador. Hoy son tales los despropósitos de la actualidad relatada, increíble en territorios como el de la política estatal, que las inocentadas están sobrepasadas, por no decir muertas y enterradas. La realidad supera a la ficción un día sí y otro también. Como Santiago es, desde hace demasiado tiempo, una ciudad de perfil más bien plano en cuanto a avances colectivos emanados de la iniciativa pública, podrían ser motivo fácil de inocentada prioridades que un día fueron y que por desidia, incapacidad de gestión, falta de acuerdo entre administraciones o vaya usted a saber los motivos, quedaron enmohecidas y cubiertas de polvo. A estas alturas, sería una inocentada anunciar que el próximo año se pondrá fin a la carencia casi total de viviendas con precios de alquiler o compra razonables para quienes desean asentarse en la capital; que se detiene el progresivo vaciado de vecinos del casco monumental; que por fin hay acuerdo para el proyecto residencial y terciario de la antigua parcela del colegio Peleteiro, fundamental para revitalizar el Ensanche; que el servicio comarcal de bomberos, pendiente desde hace más de dos décadas, empieza a funcionar ya para tranquilidad de miles de residentes en el área metropolitana que carecen de medios contraincendios con tiempo de reacción razonable; que desaparecen las eternas listas de espera de la sanidad pública y de la atención a la dependencia; que la autovía A-54 estará por fin terminada el próximo año; que... Son tantas y tan demoradas las necesidades de Compostela que solo se puede hablar de ellas en términos de inocentada como objetivos en vías de solución, no ya como logros consumados. E incluso así, por insólitas, sería difícil que los ciudadanos se lo creyeran. Cuando se cumplan —si se cumplen— tendremos que esforzarnos para que resulten veraces.