Gonzalo Muíños valora la política social de Sanmartín, pero cuestiona la gestión diaria de Santiago y exige más diálogo

r. m. SANTIAGO / LA VOZ

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Muíños en una imagen de archivo en un pleno, con sus compañeras Mercedes Rosón y Mila Castro, al fondo
Muíños en una imagen de archivo en un pleno, con sus compañeras Mercedes Rosón y Mila Castro, al fondo SANDRA ALONSO

El socialista hace balance, no obvia la crisis interna en su partido y dice que seguirán trabajando «ata o último día do mandato»

29 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El portavoz municipal socialista, Gonzalo Muíños, hizo ayer balance del 2024 reconociendo su satisfacción con la política social de Goretti Sanmartín (BNG) a través de dos iniciativas que contaron con el impulso de su grupo, pero cuestionando también al gobierno bipartito en la gestión diaria. En materia social, Muíños destacó el «reforzo» del Servizo de Atención no Fogar (SAF) «grazas ao acordo de orzamento» entre el bipartito y el PSOE, así como el avance en el proyecto de la que será la Casa dos Maiores en San Pedro de Mezonzo, pero se mostró crítico, «bastante crítico», expuso él mismo, con la gestión ordinaria, las «cousas do día a día» del bipartito que conforman BNG y Compostela Aberta (CA).

Afirma que ahí falta «impulso» y control de los expedientes. «Perdéronse dous millóns de fondos europeos para a modernización da Praza de Abastos», además de 260.000 euros del Consorcio de Santiago para los fuegos del Apóstol, recriminó. El socialista no ve, además, avances en las reurbanizaciones pendientes de las calles García Lorca y Mallou, proyectos «que xa viñan de atrás», ni que las actuaciones del programa Entre Sar e Sarela marchen «como deberan».

Crítico también con el mantenimiento general de la ciudad, del que concluye que «hai un descontrol do traballo das concesionarias encargadas da limpeza e o mantemento», Muíños no se muestra nada complaciente con la atención del gobierno al rural. «Cústanos ver proxectos en marcha» en ese ámbito, dice, al tiempo que defiende que su grupo ha demostrado que se puede hacer oposición «crítica e esixente», pero también «útil e leal á cidade».

El socialista ha reclamado más diálogo al gobierno y menos crispación en el debate político, «sobre todo nas formas do PP», y no ha obviado en ese balance la crisis interna entre su grupo y la agrupación socialista local, una crisis latente que estalló en verano, con el apoyo de los seis concejales a la ordenanza de las viviendas de uso turístico (VUT), saltándose la disciplina de partido, y que acabó en la apertura de expedientes y un notorio divorcio entre ambas partes. A esa situación ha aludido también el socialista en una valoración del año en la que no solo defiende la posición del grupo entonces, sino que manda recado de su intención de mantenerse en Raxoi cuando está pendiente de la resolución de un expediente que podría concluir en expulsión.

«Nunca nos deixamos levar por intereses partidistas e persoais», defiende el portavoz municipal. «Que fácil tería sido e cantos desgustos nos teriamos aforrado as miñas compañeiras máis eu se nos deixáramos levar por eses intereses partidistas e tiveramos traizoado a nosa palabra, no caso das VUT por exemplo, pero, como digo, estamos traballando para demostrar que se pode ser crítico e coherente, e niso seguiremos ata o último día do mandato, actuando con responsabilidade e sendo propositivos tamén», dijo Muíños.