«Hai que ser feliz no cole», la clave del CEIP A Ramallosa en su 50 cumpleaños
SANTIAGO
El colegio teense reunió a profesionales que inauguraron el centro en 1975
18 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Celebrar con 363 escolares los 50 años de un colegio en una Galicia que se desangra por la pérdida progresiva de población es una muy buena noticia, sobre todo si el primer gran acto del cumpleaños logra reunir a una parte significativa de las personas que pusieron en marcha el centro y que ayer visitaron para recibir un homenaje y viajar en el tiempo en muy buena compañía.
El colegio en cuestión es el CEIP A Ramallosa (Teo), inaugurado el 14 de abril de 1975. Por este motivo, una comisión formada por Berena Fontela Turnes, Patricia Antas Ramos, María Jesús Mateos Macías, Vanessa Magariños Paz, Marta Iglesias Cardeso, Alba Botana Iglesias, Pablo Campos Gulías, Francisco Nanín Castro, Isaura Cacheda Cajaraville y Carmen Midón López, decidió que medio siglo de enseñanza merecía celebrarse en condiciones, máxime cuando si en algo coinciden todas las personas que trabajan en este centro es que funciona como una gran familia. Esta afirmación quedó ayer de sobra demostrada con el primer gran acto de este cumpleaños, que toda la comunidad del CEIP A Ramallosa vivió especialmente emocionada.
La fiesta comenzó al mediodía, cuando el comedor del centro, una de las joyas del colegio, se llenó de risas, abrazos y alegrías. La gracia estriba es que tanto jolgorio no lo generaban escolares con prisa para comer e irse casa tras una semana de clase.
La fiesta y las anécdotas tenían como protagonistas a personas que dedicaron décadas de sus vidas al colegio, en tareas vinculadas a la docencia, la cocina y la limpieza. Carmen Domínguez Pena, de 80 años, fue la primera cocinera del centro, trabajo que desempeñó durante más de tres décadas, alimentando cada jornada lectiva «a 335 rapaces e 23 profesores e coa axuda dos nenos de octavo curso». Madre de cinco hijos, que enseguida fueron seis, «viñeron a buscarme a casa para preguntarme se quería ser a cociñeira». Dijo que sí y, gracias a su respuesta, la memoria colectiva de Teo recuerda sus lentejas y su tortilla de patata. Enseguida tuvo como ayudante a Fina Mosquera Lores, de 66 años que comenzó a trabajar en el colegio con solo 17. «Canto máis traballamos mellor o pasabamos», relata entre risas, mientras Carmen señala que su relación es prácticamente de hermanas, ya que Fina la visita constantemente y la apoya. Como anécdota, ambas recuerdan que antes de comenzar a trabajar tuvieron que encargarse de confeccionar sus uniformes, para los que utilizaron telas adquiridas en el histórico comercio compostelano de El Pilar.
Chelo Mella Míguez, a la que ambas no veían desde hacía varios años, fue la primera limpiadora y también está jubilada. «Había moito que varrer, pasamos anos de moito traballo», recuerda especialmente agradecida por el homenaje, al que también estaba invitada su hermana Lola, que no pudo asistir. Isabel Calvelo Mata, que trabaja como auxiliar de cocina, es la prueba de que el buen ambiente en los fogones y la limpieza del colegio no ha decaído. «Aquí comecei a traballar e aquí volvín. Estou moi pero moi contenta», afirma tras abrazarlas y darles la bienvenida a la que siempre fue su casa.
Hasta el comedor también se acercó Jesús Isla Arjones, uno de los docentes que inauguró el colegio porque su unitaria, la de Baamonde, fue una de las 32 que se integraron en el colegio de A Ramallosa. Isla, que con el cambio legislativo se trasladó al IES de Cacheiras, recordó que en algún momento fue «el más veterano del colegio, pero a la vez el más joven», y guarda muy buen recuerdo de unos años en los que vivió cambios tan drásticos como pasar de «cobrar ocho mil pesetas al mes a dieciocho mil», y a tener que hacer cola para recoger su mensualidad en metálico en una oficina de Santiago.
En esta primera celebración del cincuenta aniversario también participaron tres antiguos directores del CEIP: Purificación Arca Fernández, Xosé Manuel Ferreirós Piñeiro y Benxa Salgado Gómez. Y los tres coincidieron en destacar ante todo el alumnado que el colegio de A Ramallosa había sido mucho más que su segunda casa. Purificación Arca, la más veterana, «era un pouco a nai de todos no mellor dos sentidos da palabra, porque tiña a capacidade de entender o que necesitabamos cada un e tamén de axudar aos máis trastes porque solucionaba todos os seus problemas», señaló el profesor Francisco Nanín. «Os alumnos déronme unha lección de vida que me axudou a ser máis humana», añadió la docente.
«Ferreirós era o que entraba coa tableta no comedor para ver se todos os rapaces comeran», recordó Nanín del también ex director Xosé Manuel Ferreirós, que animó a los escolares a «seguir sendo un exemplo e a traballar para que a sociedade sexa un pouquiño mellor». Benxa Salgado cerró el acto recordando su etapa como director durante la pandemia y destacando que «o compromiso de todos que fai que un colexio funcione e consigue que sexades felices, porque hai que ser feliz no cole, porque só se pode aprender se sodes felices».
El acto de ayer tendrá continuidad en febrero con otro especial vinculado al entroido, seguido de más propuestas hasta la fiesta final del 14 de junio. Una actuación de música tradicional despidió el primer homenaje del 50 aniversario, una pequeña muestra de toda la fiesta que queda.