El Banco de Alimentos obtuvo un 60 % más de donaciones en Santiago en el 2024 y repartió 182.000 kilos

SANTIAGO

En las áreas de Compostela y O Barbanza, 27 entidades sociales permiten llegan a 2.300 personas de familias vulnerables
04 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El trabajo altruista de los voluntarios del Banco de Alimentos Rías Altas, en Santiago y O Barbanza, permite que 2.300 personas de familias en situación de vulnerabilidad tengan cubiertas el 13 % de sus necesidades básicas en lo que se refiere a la alimentación. «Lo ideal, y a lo que aspiramos, es llegar al 30 %», apunta Manuel Mora, presidente del banco, que recuerda que la responsabilidad de ayudar a las familias vulnerables es, en primer término, de la Administración gallega, que deriva ese cometido a los servicios sociales de los ayuntamientos.
En el 2024, la delegación compostelana contó con la colaboración de 27 entidades, encargadas de entregar los alimentos a las personas de sus bases de datos. Los 2.300 beneficiados de las áreas de Santiago y O Barbanza recibieron 182.000 kilos de alimentos. El 24 % de todas las entidades que colaboran con el Banco Rías Altas se localizan en la delegación, que incluye a los municipios del área compostelana y de O Barbanza. El 9 % de los beneficiarios son de estas zonas. En la última campaña de recogida de alimentos destacó el elevado incremento de la colaboración ciudadana. «Fue una grata sorpresa que la delegación de Santiago y O Barbanza incrementara en un 60 % las donaciones en la gran recogida de noviembre pasado con respecto al año anterior». Mora apunta que «cabe recordar que esta campaña se hizo después de que Santiago también se volcará totalmente con la recogida de alimentos y otros productos para los afectados por la Dana, solo unas semanas antes».
Manuel Mora explicó que los beneficiarios «fluctúan a lo largo del año. Se producen bajas cuando comienzan a trabajar o por cambios de residencia, pero también altas». Un grupo que se incorporó es el de familias que recibían donaciones del fondo europeo y que, al modificarse las condiciones de reparto, quedaron fuera. «Este colectivo representó en el último año unas 800 personas nuevas entre las tres delegaciones», precisa. Mora considera que el nuevo sistema tiene «ventajas y carencias». Lo bueno es que «reciben una tarjeta mensual de un mínimo 130 euros —según el número de adolescentes y menores de la familia— para comprar en unos supermercados concretos, pero lo malo es que deja fuera a los que no tienen hijos menores de 14 años». Además, las familias que no viven cerca de esos supermercados no se apuntan por la dificultad que les supone llegar a ellos, lo que perjudica especialmente a los que residen en ámbitos rurales.

Los suministros guardados en los almacenes se agotarán en abril
Las estanterías del almacén del Banco de Alimentos Rías Altas de Santiago no están, ni mucho menos, llenas, pero «desde el almacén de A Coruña se envía periódicamente lo necesario». Las cantidades que hay en los tres almacenes del banco «tienen que llegar hasta abril, después celebramos el Mayo Solidario de Gadis, que nos da un alivio hasta agosto», asegura Manuel Mora. A partir de septiembre y hasta noviembre, el banco atraviesa tres meses complicados, en los que «se recurre a las cantidades que nos dan la Xunta de Galicia, la Diputación de A Coruña y los ayuntamientos de Ferrol y A Coruña, que son los únicos que colaboran con nosotros para hacer compras», dice. Manuel Mora no espera al respecto un cambio de actitud del gobierno de Santiago.
Otra fuente de donaciones es la que llega desde empresas. «Hacen entregas, como en el caso de la leche. Mensualmente, el banco reparte 240.000 litros de leche entre los 24.600 beneficiarios de la provincia, que permite que cada beneficiario tenga más o menos un litro de leche para consumir en tres días». Mora subraya que los decomisos realizados por la Guardia Civil también «son bienvenidos. Cuando llegan estos productos frescos, se avisa a las entidades y se reparte». Si esa mercancía de decomisos llega congelada, «se guarda para repartir en función de las necesidades».