Las penúltimas inocencias

Jose Antonio Pérez

SANTIAGO

20 abr 2025 . Actualizado a las 13:34 h.

Andaba estos días releyendo La sima de las penúltimas inocencias esa maravilla en la que Camilo José Cela y Joseph María Subirachs unieron sus genios para crear una obra única. Caí en la cuenta de que el único Nobel gallego viajaba a Padrón en Semana Santa. Ahora el machista (el palabro calificativo no es mío) escritor no podría hacerlo ya que, pese a su costumbre de poner en boca de personajes los comentarios más despectivos, no sería bien recibido por las guardianas de las esencias de la razón. Cela utilizando al hereje Heresiarca escribió de su puño y letra que «Hermógenes dudó siempre de que la mujer perteneciera a la especie humana, jamás pudo evitarlo». El escritor iría a la hoguera azuzado por un grupo de batucada dispuesto a inmolarlo en la plaza que lleva su nombre... sin reconocer divinidad alguna. A don Camilo la procesión le haría gracia: «Las barbas más descaradas son las de la mar, que se alimentan de muertos como las lampreas del Apóstol Santiago y las pirañas de Simon Bolívar», diría ante la pira.

Decíamos que Cela gustaba de desplazarse a Padrón en aquellos grises tiempos con días de recogimiento. Ahora que los restos de don Camilo descansan en Adina proliferan quienes abanderan nuevos tipos de Inquisición que condenan sin juzgar, defienden postulados de una parte sin escuchar a la contraria, dan por hechos verídicos simples falacias, saldan viejas cuentas familiares y reparten carnés de política correcta al más puro estilo de una dictadura... pese a que de fondo suena música de batucada. Con la complicidad, eso sí, de quienes prefieren mirar hacia otro lado. Ya lo cuentan las sagradas escrituras: Pedro negó tres veces a Jesús y Pilatos se lava las manos y lo reflejó el pastor Martin Niemöller es su poema Primero vinieron… sobre la llegada de los nazis. Se acerca Semana Santa y voy a escuchar la Ombra mai Fu de Haendel en la voz de Plácido Domingo. Perdón, no… que a este también hay que llevarlo a la hoguera.