El miedo a los okupas provoca en Santiago que el mercado inmobiliario de lujo desaparezca de internet

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Desperdicios en la finca de Teo que perteneció a Rosario Porto y donde asesinaron a Asunta, que ha sido okupada en múltiples  ocasiones
Desperdicios en la finca de Teo que perteneció a Rosario Porto y donde asesinaron a Asunta, que ha sido okupada en múltiples  ocasiones XOAN A. SOLER

Viviendas que superan el millón de euros se venden de manera anónima; sus dueños exigen que no se especifique su ubicación: «Prefieren que nadie sepa que el inmueble está en venta»

22 abr 2025 . Actualizado a las 21:43 h.

Pocos datos, los mínimos para que solo solicite más información quien esté realmente interesado en comprar la propiedad. «Lo mejor que nos llega no suele anunciarse en internet, se alquila o se vende antes. Cuentas con un listado de clientes que pueden estar interesados. Es a ellos a quienes se los ofreces», apuntan fuentes del sector inmobiliario de Santiago, que evitan que las joyas que tienen en sus carteras, tanto por calidad como por precio, terminen en portales como Fotocasa e Idealista. A veces, por exigencia directa de sus propietarios, que tienen miedo a que sus pazos, chalés o pisos de lujo acaben okupados. «Saben que después es muy complicado sacarlos de allí y prefieren que nadie sepa que el inmueble está en venta», apuntan desde otra agencia con sede en la capital gallega.

En la zona compostelana, el caso más sonado de «okupación de lujo» fue el del chalé de Teo donde Rosario Porto asfixió hasta la muerte a su hija, Asunta. El inmueble estuvo en venta por un millón de euros, que justificaban su edificio principal de más de 400 metros cuadrados y la finca de 10.000 que lo rodeaba. Nadie llegó a adquirirlo. No solo por la historia negra que tenía detrás, después del crimen, la vivienda sufrió un reguero de okupaciones, incluso un incendio en su interior, que alejó aún más a los compradores. El pasado año, el chalé volvió ser allanado. Mientras, la basura medraba por doquier y las zarzas lo envolvían todo, como si de una tétrica y criminal maldición se tratase.

Dueños de inmuebles con características similares temen que sus propiedades acaben destrozadas de igual manera. Es por ello que, en el caso de que lleguen a ofertarse a través de internet al no encontrar comprador a través de las agencias, lo hacen sin especificar la calle en la que se encuentran. Usan solamente el barrio o la zona donde se ubican. En sus anuncios se puede comprobar que incluso se evitan fotografías en las que se vea el exterior de la propiedad, ya que permitiría descifrar qué edificio es. Eso provoca que, si se hace una búsqueda usando los mapas que ofrecen las plataformas digitales, aparezcan viviendas que rompen con el umbral de precios del lugar. Corresponden normalmente con casas y pisos prémium que han sido colocados ahí aleatoriamente, puesto que en realidad no quieren mostrar donde se ubican.

Es el caso del chalé más caro que ayer se ofertaba en Idealista. ¿Su precio? 2,4 millones de euros. ¿La ubicación? La agencia que lo vende solo precisa que se encuentra en casco histórico y que su fachada da a dos calles. Una absoluta incógnita.

Casas por 3,3 millones de euros y pisos en el centro por más de 1,5

Cuesta imaginarse quién cuenta con el dinero suficiente para poder comprar un chalé cuyo valor supera los tres millones de euros. Lo cierto es que en Santiago hay inmuebles que incluso cuestan más. Es el caso de una vivienda en pleno centro de la ciudad que cuenta con dos bajos comerciales. ¿Su precio? 3.380.000 euros, que permitirían comprar esta casa de piedra, con una superficie construida de 1.266 metros cuadrados, y que la inmobiliaria que la anuncia la considera «ideal para inversores, para construir nuevos pisos o apartamentos». También cabe la posibilidad de darle dos alturas más al inmueble, llegando así a los 1.726 metros construidos.

En Aradas, en la parroquia de A Peregrina, se anuncia otra vivienda de lujo que también «esconde» su localización. Se trata de una villa con chalé y piscina, que se ofrece por 1,9 millones, tras bajar de un precio inicial de casi 2,5. Cuenta con once baños, siete dormitorios, bodega, gimnasio y podría destinarse a restaurante centrado en bodas y grandes eventos. En Xoán XXIII continúa a la venta un palacete de 650 metros cuadrados, que tiene un coste de 1,9 millones. Otrora fue la residencia del psiquiatra Baldomero Lois Asorey, y cuenta con licencia de alojamiento para turistas.

Para ese mismo fin hay otro chalé, de casi 500 metros cuadrados, que se vende por 1.850.000 euros en pleno casco histórico. En el área metropolitana aparecen casas que rondan el medio millón, y que se encuentran en Roxos o Teo. Por encima de ese precio también hay pisos de lujos en el centro de la ciudad, así como chalés de diseño en el entorno más cercano.