La gestión afianza a Goretti Sanmartín en Raxoi

La convulsión que atraviesa la política municipal en Santiago, a raíz de la crisis que ha roto en dos al PSOE, ha mudado incluso la distribución de la corporación en el salón de plenos de Raxoi. Los cuatro grupos que iniciaron el mandato son ahora cinco, con la reciente asunción de la condición de no adscritos de cuatro de los seis concejales que fueron elegidos en las municipales de hace dos años bajo las siglas del PSOE. En este contexto insólito, el BNG se lleva los réditos y gana un edil. Goretti Sanmartín consolida ese liderazgo aupada en la valoración ciudadana de su gestión. Recibe la mejor valoración entre los 400 compostelanos consultados por Sondaxe para elaborar el barómetro, con 5,07 puntos. Pero, además, también el Bloque alcanza el 5. Esa percepción positiva de la labor del gobierno beneficia igualmente a su socio en el bipartito, Compostela Aberta (CA), que sin llegar al aprobado (4,48) es la segunda formación más valorada. Sí supera el examen su portavoz, María Rozas, que obtiene un 5 raspado.

Si se analiza la puntuación de Sanmartín desde el recuerdo del color de la papeleta que los entrevistados depositaron en las urnas en mayo del 2023, la regidora aprueba entre los votantes de las tres fuerzas de la izquierda. Los que apoyaron al BNG le dan un 6,73; los que optaron por CA, un 5,65; y los que se decantaron por el PSOE, un 5,55. Sanmartín solo suspende entre los electores del PP, con un 3,08. Por edades, rebasa el 5 entre los de 65 años y más; y el 6, entre los de 30 a 44.

Fuera del gobierno, la debacle socialista le pasa factura al partido, pero menos. La encuesta de Sondaxe sitúa al PSOE como la fuerza con peor valoración ciudadana, con una nota de 4,08, pero es que hace un año su crédito entre los compostelanos era incluso menor (4,05). Esto parece apuntar a que la división interna de los socialistas ya estaba descontada entre los ciudadanos, que ya le pasaron factura al partido en las municipales que hace dos años frustraron la intención de Xosé Sánchez Bugallo de acceder a un nuevo mandato. En el ecuador del actual, con el PSOE hecho jirones y con Bugallo renunciando al Senado antes de tiempo, parece que el partido toca fondo. Así puede interpretarse de una encuesta que lo sitúa con un edil más de los cuatro que le otorgaba Sondaxe hace un año. Su nuevo portavoz, Sindo Guinarte, se estrena en el sondeo con una valoración de 4,23. Es la más baja, sí, pero supera ese magro 4,08 con que los encuestados puntúan la gestión del partido. Guinarte, el menos conocido de los cuatro portavoces, solo se asoma al aprobado (4,96) entre el electorado socialista. Eso sí, únicamente el 47,2 % de los que dicen que apoyaron al PSOE en el 2023 confiesan que repetirían hoy.

En cuanto al PP, el sondeo retrata a un partido estancado. Más allá de la valoración de su líder, Borja Verea (4,6), la prueba del algodón de la falta de mordiente que aprecian los compostelanos en su labor de oposición (4,36) está en que es el BNG el que saca provecho de la liorta socialista. El PP no estaría logrando seducir a ese electorado socialista al que atrae en autonómicas y generales, pero que se resiste a apoyarlo en las locales. Verea sí tiene el respaldo de sus votantes, que le dan un 6,46, cuando entre los de los otros tres partidos no llega al 4. Y por edades, supera el listón del 5 entre los de 65 años y más (5,6), y entre los de 18 a 29 (5,14).

Desencanto por las promesas sin cumplir, y vivienda y transporte como grandes problemas

Sondaxe consulta sobre los motivos que hacen que los ciudadanos estén desencantados con la gestión de la alcaldesa. Los cinco primeros son el incumplimiento de las promesas (25,6 %), la mala gestión de limpieza y basuras (15,9 %), el abandono de los barrios y el rural para cuidar solo el centro urbano (14,6 %), la gestión mala en general (12,6 %) y el mal estado de las calles (10,1 %). Pero, a la inversa, lo que suscita más sentimiento de ilusión con la labor de Sanmartín es la buena gestión en general (49,3 %) y las obras, proyectos y mejoras (17,4 %).

Al frente de los grandes problemas, la escasez de vivienda y precios del alquiler (19 %) y la movilidad y transporte público (12,3 %).

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