«No puedo dar libre los festivos y domingos, todos los querrían»

m. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

08 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Rubén Navarro, de la confitería Las Colonias, dedicó mucho tiempo a buscar una persona «para echar una mano en el obrador. Necesitaba que supiera lo básico para hacer el reparto entre el obrador del Tambre y las tiendas», explica. Casi el único requisito era «tener carné de conducir, saber contar y ser un poco activo para sacar adelante el trabajo. No se pide una formación específica». Y aún así considera que no fue fácil. Hace unos días comenzó un trabajador. «Estuvo solo 15 días y se rompió una mano andado en bici». Así que Navarro volvió a iniciar una nueva búsqueda. «Ahora empezó otro chaval de 22 años, que parece que va bien».

El empresario compostelano considera que cada vez es más complicado conseguir personal para sectores en los que «hay que trabajar festivos y domingos. Los más jóvenes no quieren esos sectores. Es que una confitería no puede cerrar, precisamente, los festivos y domingos, cuando más ventas se producen», advierte. El gran problema es «en nuestro caso el horario, pero sobre todo la apertura en días que muchos descansan. Yo no puedo dar libres los festivos y el domingo, porque todos queremos tener libres estos días. Luego, por supuesto, tienen sus dos días libres, pero no pueden ser en festivos ni domingos. Tampoco hay vacaciones en verano, en julio y agosto».

A cambio de este «sacrificio», Navarro dice que procura que «compensar en otras cosas. Por ejemplo, ahora una trabajadora del obrador se va una semana de vacaciones a Canarias, coincidiendo con las escolares». Por otro lado, «aunque son 40 horas a la semana, en invierno se hacen unas 36 y luego, en verano, algo más. Así se compensa, pero salen ganando». El horario es de mañana o tarde, «algo que también prefieren, para conciliar».

Navarro sostiene que, en sectores como el de la hostelería y el suyo hay que buscar un equilibrio y «en cierta medida, mimar al trabajador para que no se vaya a otro sitio». Apunta que, por su experiencia en el sector comercial, «no solo hay problemas para encontrar trabajadores para el obrador y el reparto, también para las tiendas». En este caso, sus empleadas son inmigrantes. «Tenemos una marroquí, que es una excelente trabajadora; una cubana y una peruana. Son buenas trabajadoras y tienen muchas ganas», destaca. La chica de nacionalidad cubana «es traumatóloga en Cuba, pero no puede ejercer, porque no le reconocen aquí su formación», precisa.