Activan una operación para adquirir la Sala Yago y devolverle su actividad cultural

isabel miguel SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

Raxoi ve positiva la venta del inmueble a la gestora de derechos de propiedad intelectual Aisge, pero pide «prudencia»

21 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El edificio de la sala Yago, en la Rúa do Vilar, podría recuperar su actividad cultural después de 18 años. Esta posibilidad depende de que se cierre una operación inmobiliaria que implicaría la venta del inmueble a la Fundación Aisge (Artistas Intérpretes, Sociedad de Gestión de España), que se dedica a la gestión de derechos de propiedad intelectual. La operación depende de que reciba luz verde en una asamblea que iba a celebrarse en Madrid y que, en principio, no debería truncar el futuro del acuerdo, después de que otra asamblea que tuvo lugar en la delegación de Santiago diera el visto bueno a una adquisición del inmueble que cuenta también con la aceptación de otras delegaciones de esa misma fundación.

La operación de venta permitiría devolver la actividad cultural a un inmueble que cerró definitivamente sus puertas en el 2007, tras la marcha de Cachirulo y Teatro do Noroeste, últimos usuarios autorizados del emblemático edificio. La noticia de su posible venta fue calificada este viernes como «positiva» por la alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín: «Pasar pola Rúa do Vilar e velo pechado nos doe a todo o mundo». Sanmartín apuntó que la venta del inmueble todavía no está cerrada, por lo que aseguró que en el gobierno municipal son «prudentes». «Se é así, o celebraremos. Imos cruzar os dedos», subrayó la alcaldesa.

De concretarse la venta, a la recuperación del inmueble para actividades culturales le quedará todavía un largo recorrido. Antes la futura propiedad deberá acometer una obra de restauración que se vislumbra muy larga, teniendo en cuenta el estado del inmueble, cuyo deterioro se ha agravado en los últimos años.

En principio, el proyecto contaría con el apoyo del Concello y también del Consorcio, además de ser respaldado por figuras de primera línea del audiovisual gallego y del panorama nacional. La idea es crear en la Yago una sala estable de exhibiciones escénicas en directo, que sea un referente de la creación artística gallega y de la difusión del trabajo que se está haciendo en la comunidad.

La obligación de destinar el edificio a un fin cultural restringió el acceso de interesados en adquirir el inmueble. Además, los compradores tenían que proteger la zona del auditorio, que fue, casi hasta el final de su uso reciente, el patio de las butacas de la sala de cine. También deben protegerse la distribución interior y la fachada del edificio, donde se localizaban cuatro miradores que desaparecieron hace unos años. Dos de ellos fueron retirados en 1989 y otros dos permanecieron, al menos, hasta el 2008.

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Un edificio de 1906, que cerró en el 2007 y sufrió dos okupaciones

El inmueble de la Sala Yago fue construido en 1906 por la familia Carrero. Tiene 2.000 metros cuadrados, entre el espacio que en tiempos fue ocupado por el cine y teatro Yago, y dos plantas más de viviendas. Los propietarios intentaron alegar ese uso histórico de las plantas superiores para pedir la revisión de todo el inmueble, pero fracasaron en su pretensiones. En junio del 2024, una sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo daba la razón al Concello y obligaba a la familia propietaria a ejecutar obras que evitarán la ruina del edificio, y que se recogían en el decreto de octubre del 2022, firmado por la entonces concejala de Urbanismo, Mercedes Rosón. Las obras no se hicieron obras y los recursos administrativos y judiciales frenaron las acciones municipales, que incluso planteaban la opción de incluir el inmueble en el Rexistro de Soares. Con esta amenaza, los propietarios están apurando su venta.

El edificio fue sede de Correos hasta 1946. Posteriormente se firmó un contrato por 20 años con Espectáculos Capitol, que vino a ser el origen de la Sala Yago. La familia propietaria tuvo que recurrir a los tribunales para recuperar su uso, lo que propició el cierre de la Yago en el 2007, aunque en los últimos años fue sede de Cachirulo y Teatro Noroeste. En los años 2011 y 2014, la sala fue desalojada al sufrir dos okupaciones casi consecutivas.