Los ediles expulsados del PSOE en Santiago agitan una moción de censura y después se retraen

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Borja Verea, de espaldas, Gonzalo Muíños y Goretti Sanmartín en un pleno municipal. A la derecha, observa desde su asiento Mercedes Rosón
Borja Verea, de espaldas, Gonzalo Muíños y Goretti Sanmartín en un pleno municipal. A la derecha, observa desde su asiento Mercedes Rosón PACO RODRÍGUEZ

Descartaron un pacto con el PP para descabalgar al BNG después de que los populares aceptasen darles la alcaldía

10 oct 2025 . Actualizado a las 11:30 h.

¿Estrategia para debilitar a la alcaldesa de Santiago? ¿Un farol en toda regla? ¿Un exceso verbal? ¿Un aviso a navegantes? ¿O un primer paso en falso para una moción de censura? Cualquier interpretación sigue siendo válida después de que cuatro concejales no adscritos de Santiago —los expulsados del PSOE— hayan amagado el miércoles con descabalgar a la regidora Goretti Sanmartín (BNG) presentando una candidata propia, Mercedes Rosón, para descartar ayer cualquier iniciativa en este sentido después de que el PP local haya visto con buenos ojos esa posibilidad, poniendo a disposición sus 11 ediles para formar un gobierno alternativo que arrebataría el poder a los nacionalistas (6 ediles) y a Compostela Aberta (2).

La inestabilidad se sembró en el pazo de Raxoi en el verano del 2024 con la implosión del grupo municipal socialista, y se ha visto en los dos últimos plenos, en los que las dos caras de esa escisión se han reivindicado bloqueando varias iniciativas de un gobierno cuya disposición al diálogo cuestionan habitualmente.

En este escenario, en el que se está reconfigurando la aritmética plenaria, el PP ha visto la ocasión para introducir la sombra de una posible moción de censura, aprovechando la ola de relevos forzados en varias alcaldías (hasta siete) en los últimos meses en Galicia. Los populares llevan una semana poniendo el foco en los no adscritos. Más de lo habitual, porque su líder, Borja Verea, no ha dejado pasar ninguna ocasión en estos dos años para recordar a los dos grupos minoritarios de la oposición su disposición a promover la salida de la alcaldía de la nacionalista. Pero nada como lo de los últimos días, en que hasta el presidente provincial de los populares y conselleiro de Presidencia, Diego Calvo, ha animado a los no adscritos a dar el paso, por mucho que estos hubiesen dejado claro en un pleno en abril que nunca promoverían un candidato del PP a la alcaldía, y así lo hayan reiterado en numerosas ocasiones.

Pero el avispero se alborotó ayer como nunca. Los no adscritos rechazaban de nuevo este miércoles cualquier posibilidad de moción para aupar al PP, aunque lo hacían exponiendo que «por coherencia coa nosa palabra, nós só apoiariamos unha moción de censura na que a nosa compañeira Mercedes Rosón fose a candidata», una idea que no fue forzada en ningún foro público o por medios de comunicación y que quedó reflejada en una grabación y una posterior nota de prensa, lo que descarta una mala o interesada interpretación.

El PP acepta a la candidata

La respuesta del PP no se hizo esperar y Borja Verea revelaba ayer ante los micrófonos de Radio Voz su disposición en ese sentido. Eso sí, su propuesta sería entrar en un «goberno de emerxencia» de quince concejales (11 populares y cuatro exsocialistas) aunque estuviese liderado por Mercedes Rosón, como sugirieron los no adscritos. Mejor esa opción, pensó el también diputado popular, «que a parálise da cidade», de la que responsabiliza a las políticas del BNG y Compostela Aberta.

Con el visto bueno del PP y al margen de los previsibles reparos legales al hecho de que una concejala no adscrita se convierta en alcaldesa, Verea solo puso dos condiciones políticas: que el PP entrase en el ejecutivo, porque considera inviable que cuatro ediles sin un partido detrás puedan llevar las riendas de Santiago con solvencia; y un acuerdo «moldeable» en torno a diez asuntos lo suficientemente genéricos —mejoras en la limpieza, revisión de contratos de servicios, la ampliación de la plantilla de policía o recortes de asesores— como para no generar rechazo en nadie que realmente quiera escuchar.

No hizo falta entrar en los detalles. Con los pocos medios que les han quedado a su disposición tras ser expulsados del grupo municipal socialista, los cuatro concejales empeñaron el resto del día en descartar una alianza con el PP. La más expresiva fue la propia Mercedes Rosón, en X: «Xamais, xamais, xamais, a ver se desta queda claro». Y zanjó ante preguntas de La Voz: «Non hai ningunha posibilidade».

Lo que no despejaron ni la hipotética candidata ni sus compañeros en Raxoi en dos nuevas notas de prensa enviadas a lo largo del jueves fue el motivo que les llevó a deslizar una moción de censura para desactivarla horas después, al tiempo que defienden que a Santiago «lle iría moito mellor» con un gobierno liderado por Rosón, pero sin el PP. El gobierno de Sanmartín quedó al margen de la escaramuza: «Seguimos traballando».