Una vecina de Brión escribe su primera novela para recordar a su padre: «Fue una manera de curar mi corazón y estar más conectada a él»
SANTIAGO
María José Tardáguila debuta en el mundo editorial con una obra de ficción histórica, inspirada en un conocido hotelero de Compostela y en el Camino de Santiago, que él contribuyó a divulgar
23 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La Nochebuena dejó de ser lo que era para María José Tardáguila y su familia hace 6 años. Su padre falleció ese día, el 24 de diciembre del 2019. «Parece que en esa fecha no puede pasar nada malo y fue duro despedirlo así», recuerda la hija de Carlos Tardáguila, un conocido hotelero de Santiago. Al mes siguiente ella empezó a escribir una novela de ficción inspirada en él y ambientada en el Camino de Santiago, un tema en el que se volcó su progenitor, el cual promovió y divulgó en vida. Tardó casi cuatro años y medio en culminar esta obra, titulada 1140 (editorial Cuatro Hojas). Salió a la luz el pasado mes de marzo y escribirla fue para ella «una manera de curar mi corazón, de sanar, y estar más conectada con mi padre, recordarlo y dejar constancia del trabajo que hizo de una forma distinta», dice.
Nacida en Castilla y León, la mediana de tres hermanas se mudó a Santiago con 13 años, a causa de un ascenso laboral: «Él trabajaba de recepcionista en un hotel de Salamanca y le ofrecieron subir de categoría y ser el subdirector de dos hoteles aquí, el Compostela y el Gelmírez». Ella recuerda que, de niña, le fascinaba la fachada del icónico edificio que albergó el primer gran hotel de la capital gallega, con su señorial torre mirando a la Praza de Galicia, unos balcones a los que tuvo acceso en alguna ocasión para ver las cabalgatas de pequeña y una cafetería que forma parte de sus recuerdos estudiantiles. Y será allí, en el Hotel Compostela, donde se celebrará esta semana la presentación de su libro, por lo que significa y «porque sería donde él querría que lo hiciese si estuviera vivo». El acto será mañana, día 24, y no es casualidad, pues simboliza una despedida y también una bienvenida (la de uno de sus hijos, Bruno, nacido un 24).
Cuenta esta polifacética sobrecargo de Air Europa afincada en Brión, diplomada en Turismo —recientemente obtuvo el título de Guía Turístico Oficial, en lo que comenzó ahora a hacer sus primeros pinitos— y a punto de terminar la carrera de Historia del Arte por la UNED, que ambientó su novela histórica en el siglo XII porque «unos años antes de que falleciera mi padre lo nombraron caballero de la Orden de Santiago y fue por aquella época cuando empezaron a formarse las primeras órdenes de templarios para proteger el Camino». Reconoce que disfrutó con el proceso de documentación y quiso dejar plasmados muchos de los datos que fue descubriendo en las 256 páginas de 1140 (título, por cierto, que no hace alusión a un año sino a otro pasaje que relata el libro). Incluso hizo este año por primera vez el Camino con su familia, no una sino dos veces, a través del trazado portugués y del francés, para «saber lo que el peregrino siente, aunque evidentemente hoy no se enfrenta a los mismos problemas y peligros que en el siglo XII, aunque creo que parte del paisaje y esencia siguen ahí».
El personaje principal es un posadero de Portomarín, Carlos, y «comparte la forma de ser que tenía mi padre, que era muy buena persona, tranquilo, trabajador, abnegado y tenía muchas inquietudes que lo llevaron a dejar huella para la posteridad por esa sed que tenía siempre por mejorar, para crecer y aportar. También hay otros personajes reales, como el arzobispo Gelmírez, al que me habría encantado conocer, o el arquitecto Pedro Deustamben, padre del Maestro Mateo», avanza la autora de la novela.
El espíritu inquieto parece ser algo que heredó María José de su progenitor, quien además de hotelero era cofrade, miembro de la Orden de Santiago, de la Asociación Hostelería Compostela, directivo del Clúster de Turismo... y reconoce que la contrapartida de esta dedicación encomiable era que le quedaba poco margen para su familia, si bien «el tiempo que pasábamos juntos era tiempo de calidad». Y ese mismo mimo ha imprimido también ella en el homenaje literario que le hizo, una publicación que contiene un código QR al inicio que remite «a la parte más personal y te deriva en una canción, Negra sombra, que siempre suena en las presentaciones del libro porque, para mí, es un tema que te hace sentir la pérdida cuando no hay forma de expresarla»; y otro código QR al final, con un avance, aclara una escritora volcada ya en la segunda parte (1180), al tiempo que confirma que la primera está en proceso de traducción al gallego.
La de mañana será la primera presentación en una de las ciudades que sirven de telón de fondo a 1140, tras un acto literario inaugural en Portomarín este verano y otro en Brión la semana pasada. La autora ya tiene otras citas próximas confirmadas: el 26 de noviembre en el centro sociocultural Coralia e Maruxa (en el casco histórico compostelano), otra en Bertamiráns (Ames)... ¿Y dónde se puede adquirir su novela? «Está a la venta en la librería Couceiro, en Follas Novas y en las tiendas oficiales de la Catedral de Santiago, a partir de la próxima semana», responde la vecina de Brión.