Cinco jóvenes se benefician del plan de Vivenda para comprar en el casco histórico de Santiago: «Agora vexo paisaxe e horizonte»

emma araújo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

La Xunta concedió 50 ayudas este año en toda Galicia y ha confirmado 33 más

24 oct 2025 . Actualizado a las 14:57 h.

La línea de ayudas habilitada por la Consellería de Vivenda para adquirir inmuebles en cascos históricos de Galicia por parte de jóvenes de hasta 36 años ha permitido este año la compra de cincuenta pisos, un número que se verá incrementado hasta los 83 tras haberse elevado la partida económica de la Xunta, que asciende a 800.000 euros.

Del medio centenar de viviendas en cascos históricos incluidas en este plan, cinco corresponden a jóvenes que han podido comprar en el ámbito patrimonial compostelano, especialmente afectado desde hace años por la pérdida de población estable debido al elevado precio de los inmuebles para compra y alquileres no turísticos. Y la previsión autonómica es que este número aumente con las 33 nuevas ayudas concedidas.

Así lo avanzaba este jueves la conselleira de Vivenda, María Martínez Allegue, al destacar que los presupuestos de la Xunta para el 2026 elevan en un 13 % la cuantía para apoyar la compra de inmuebles. Allegue también confirmó que las inversiones previstas por su consellería en Compostela ascenderán a 25 millones de euros el año que viene.

«O casco histórico de Santiago é o casco histórico por excelencia, unha xoia patrimonial e cultural que, por suposto, temos que conservar e manter, pero tamén temos que enchelo de vida», añadió la titular de Vivenda a la hora de valorar el resultado del plan específico para los cascos históricos, un programa que se puso en marcha en el año 2019 y que hasta el momento ha facilitado la compra de 313 viviendas entre la población menor de 36 años.

El importe de la ayuda con este plan puede alcanzar los 12.800 euros, con la ventaja de que es compatible con el denominado «aval mozo», que cubre el 20 % del precio del inmueble, un porcentaje que las entidades bancarias no suelen cubrir cuando conceden una hipoteca.

Álvaro Vilas: «Agora vexo paisaxe e horizonte»

Álvaro Vilas, picheleiro de 33 años criado en el Ensanche y actual inquilino de un pequeño inmueble con vistas a un patio de luces en la rúa Pexigo de Arriba, prevé mudarse este fin de semana a su vivienda en propiedad, un apartamento de la rúa Pexigo de Abaixo, adquirido con la ayuda que la Xunta habilitó para jóvenes que compran en cascos históricos, por lo que recibió a 12.800 euros, el importe máximo previsto para la zona monumental de Santiago. Él no recurrió a la ayuda para afrontar el aval del 20 % pero sí fue beneficiario del programa autonómico Emancipate, de apoyo al alquiler. 

Mientras abre las puertas de su recién remodelada casa a la conselleira de Vivenda y a los medios de comunicación, este joven reconoce que las ayudas fueron fundamentales para convertirse en propietario hipotecado. Álvaro Vilas se considera «un privilexiado por poder meterme a mercar unha vivenda aquí, nesta rúa preto da praza de abastos e de toda a zona vella, na que eu fago máis vida», algo que, añade, muy pocos amigos de su edad han podido hacer, por lo que muchos viven en pisos de alquileres compartidos.

Su pequeño piso se ubica en un edificio parcialmente restaurado, con estrechas escaleras que, en su caso, desembocan en una remodelada vivienda que no ha podido ocupar hasta ahora por un problema con el calentador, aunque el resto del inmueble está listo para entrar.

Cuando encontró este piso a la venta apenas lo dudó, ya que, aunque necesitaba una rehabilitación importante, lo que le ayudó a tomar la decisión fueron las dos habitaciones con luz directa hacia la calle. Así, sin dejar de sonreír, resalta que pasó de «saír polas ventás e só ver a veciños tender roupa no patio interior» a disfrutar de vistas al casco histórico, aderezadas en algunos momentos del día con el ruido que emana del campo de recreo del cercano colegio Compañía de María.

«Cando o vin, non o dubidei», recordaba ayer, ya con la puerta cerrada del balcón de su pequeña sala de estar en la que no se cuela ruido alguno: «Agora vexo por riba do muro a paisaxe e o horizonte, e iso para min é unha dose de alegría e paz».

El dinero de la ayuda, los 12.800 euros que aporta la consellería, «de fondos propios da Xunta», apostilla la responsable de Vivenda durante la visita, le han servido para asumir la rehabilitación del apartamento. «Non tería moita opción de acondicionar o piso se non fose coa subvención que acadei», confirma,