Resistencia

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

17 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Polémica menor la levantada por el insaciable sindicato nacionalista CIG. Va a abrir una caja de resistencia para sus afiliados que hagan huelgas contra la Consellería de Educación. Se entiende que para eso están los sindicatos, y fue, históricamente una de las primeras acciones que emprendieron ya en el siglo XIX. Lo de la caja de resistencia digo, que por otra parte es bien magra: da para algo más que pipas, pero no para muchas cañas. El alboroto que produjo tal decisión se ciñe al mundo de los políticos, sin más. Nada nuevo.

Así que estupendo la creación de la caja de resistencia. Lo malo es lo que está atrás, y procede leerlo dos veces: es para los afiliados que hagan huelga contra (repito: contra) la Consellería de Educación. No se trata de recordar que, circunscribiéndonos a España, estamos en lugares altos en lo que se refiere a la calidad de sus puestos de trabajo, sino de repudiar que ya a priori se estén afilando cuchillos a costa no del conselleiro ni del presidente autonómico del PP, sino de la educación de la tropa infanto-juvenil. Porque hay que ser bien inconscientes o desaprensivos para jugar con fuego.

Y es cierto, Santiago y la comarca pueden convertirse en un caos absoluto si los profesores convocan huelga. Tienen derecho, y en ocasiones incluso es procedente, conveniente y necesario. Lo que no es procedente, conveniente ni necesario es poner los bueyes antes que el carro y, sin que se sepan los motivos, hablar ya de lapidar (políticamente hablando, por supuesto) al conselleiro y su gente. Porque si quieren darles patadas en los glúteos, que se las den, allá cada quien, pero no en los traseros interpuestos de los niños y jóvenes compostelanos.