Profesores

Cristóbal Ramírez

AMES

18 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

No se puede negar que el conselleiro de Educación sabe salir airoso y a la gallega de las preguntas que le formulan. Lo demostró hace unos días en este periódico: no rehuyó ni una pero dejó en el aire varios interrogantes. Resulta harto dudoso que tal cosa se deba a su ignorancia, pero de todas formas habrá que echarle una mano.

El meollo de la cuestión radica en la crisis demográfica, aunque a esta comarca le afecta menos que a otras partes de Galicia, con concellos pujantes como pueden ser Ames y Brión. En el extrarradio, mucho más rural, el panorama ya cambia. Dejando aparte que es muy lógico que se despueblen municipios, entra en lo lógico también que se cierren escuelas con un par de alumnos, algo que la comarca está salvando mal que bien, a veces por los pelos.

Materia aparte la constituye la insólita petición del profesorado, aquí y en Galicia entera, de trabajar menos horas, y si cuela, cuela. Ya no se trata de que en los institutos los profesores estén en el centro las 37 horas semanales que pasan en Dinamarca, por ejemplo. Se trata de que el gin tonic para todos es el método más injusto que sea posible concebir. Se trata de que aquellos que trabajan duramente, que por suerte los hay y muchos, se ven lastrados y desanimados por otros que entran a correr, dan sus clases y se marchan pisando pedal. ¡Y cobran lo mismo!

El increíble sistema de selección del profesorado que sufrimos en España —inexistente en ningún país desarrollado europeo— garantiza que aprobando una oposición ya se tiene un sueldo para toda la vida. Ante tal prebenda, el ciudadano que le paga con sus impuestos cabría esperar que al señor conselleiro no le tomen el pelo pidiendo trabajar menos.