Milagro Alvarado, Juventina López y Ana Donis, activistas que cambian vidas, visitan Ames con el programa Galicia Abriga

Emma Araújo SANTIAGO / LA VOZ

AMES

Ana Donis, tercera por la izquierda en la primera fila, Juventina López (a su lado) y Milagro Alvarado (tercera por la derecha) participan en una estancia de tres meses dentro del programa Galicia Abriga, en el que colabora el concello de Ames, al que se desplazaron ayer para un encuentro público.
Ana Donis, tercera por la izquierda en la primera fila, Juventina López (a su lado) y Milagro Alvarado (tercera por la derecha) participan en una estancia de tres meses dentro del programa Galicia Abriga, en el que colabora el concello de Ames, al que se desplazaron ayer para un encuentro público. CEDIDA

Las tres mujeres de Centroamérica participan en una estancia de tres meses para descansar y cuidar su salud física y mental

29 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, una fecha para la que la historia ofrece distintas versiones sobre el porqué de su elección. A todas ellas habría que añadir el 8 de marzo del 2017, día en el que 41 niñas, apenas adolescentes, murieron calcinadas en un albergue estatal de Guatemala conocido, paradójicamente, como «Hogar seguro». Las 15 supervivientes lo hacen con quemaduras en su cuerpo de entre el 75 y el 90 %. De que esta y otras historias no se olviden, y sobre todo para lograr que no se repitan, se encargan mujeres como Ana Donis, abogada de Mujeres Transformando el Mundo, organización feminista de Guatemala que trabaja para la erradicación de la violencia contra las mujeres.

Donis participó ayer, junto a Juventina López, también guatemalteca y líder de la comunidad maya MAM, y Milagro Alvarado, activista salvadoreña especializada en derechos humanos, en una jornada divulgativa organizada por el Concello de Ames sobre el programa Galicia Abriga, creado en el 2024.

Ames es el único municipio que colabora con esta iniciativa, que cada año financia estancias de tres meses para que activistas de países en los que tiene presencia la cooperación gallega puedan descansar y cuidar su salud física y mental.

María Paz, coordinadora del programa, lo definió como «un espacio de abrigo» para que estas mujeres «puedan incrementar sus capacidades para que al volver a sus territorios continúen su ejercicio de liderazgo en la defensa de los derechos humanos».

En la charla, Juventina López, coordinadora de proyectos de la Asociación Indígena Agropecuaria Pro Desarrollo Integral (Asiadprodi), contextualizó el nacimiento de su asociación en año 2003 en el sur de Guatemala para reivindicar derechos tan básicos de las comunidades indígenas desplazadas como el agua, la salud, la educación y «contra el racismo de los pueblos originarios», que incluso tuvieron que demostrar su propia existencia para su inclusión en el censo. Esta activista, al igual que confirmaron sus compañeras, señaló que algo tan simple como «dormir» le había parecido todo un privilegio. De hecho, Ana Donis explicó que hasta su participación en Galicia Abriga no fue consciente de que «hay que sanar para poder sanar a los demás».

Milagro Alvarado también reconoció que cuando le ofrecieron la estancia en Galicia lo primero que pensó fue que no podía, que no tenía tiempo. Esta activista de la organización Colectiva de Mujeres para el Desarrollo Local participó en causas que llegaron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que responsabilizaron a El Salvador de vulneración de los derechos de mujeres encarceladas por abortos involuntarios o partos extra hospitalarios de alto riesgo. También trabaja para fomentar una cultura de paz y para garantizar la seguridad alimentaria, así como preservar «saberes ancestrales» y derechos fundamentales conseguidos tras años de lucha.