Adiós al emblema canario de Melide

Natalia Rodríguez Noguerol
natalia noguerol MELIDE / LA VOZ

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El picudo deja irrecuperable y obliga a talar la palmera de San Roque

08 feb 2024 . Actualizado a las 05:05 h.

Para el recuerdo quedó la palmera que hasta ayer era el telón de fondo de las instantáneas que inmortalizan en el cantón de San Roque, en el centro urbano de Melide, el cruceiro más antiguo de Galicia. Técnicos de la empresa Poda en Altura Galicia ejecutaron este miércoles la tala del ejemplar, todo un símbolo de los espacios ajardinados de la localidad, por su gran tamaño, por su emplazamiento al lado de un monumento catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), y también por formar parte de la memoria colectiva de los vecinos, que la recuerdan al lado del cruceiro desde hace más de cuarenta años.

En efecto, Maruja Carregal, residente en el cantón melidense, testimonia con una fotografía de 1984 la existencia de la palmera —entonces, de pequeño tamaño— en el lugar, de donde hubo que retirarla por causa de fuerza mayor: el picudo rojo infestó sin remedio la palmera, que, irrecuperable, suponía un riesgo para el patrimonio, y para los propios viandantes.

David Barral, técnico de la firma que realizó la tala, encargada también de elaborar el informe sobre el estado del ejemplar, explica por qué era irreversible: «La phoenix canariensis —una especie de palmera endémica de las Islas Canarias— es una monocotiledónea con un único meristema apical, es decir, una yema en el ápice, que es el único punto de crecimiento de la palmera, y si por algún motivo lo pierde, la palmera es incapaz de generar otro meristema de sustitución para restablecer el crecimiento. Por lo tanto, esta palmera —añade— al devorarle completamente el picudo el meristema apical está totalmente desahuciada, porque iba a ir perdiendo las hojas que tenía aún vivas por viejas, y no iba a volver a crecer». Unas dos horas se invirtieron en retirar del lugar el ejemplar, que, tras más de cuarenta años, alcanzaba los ocho o nueve metros de altura. Fue el pasado diciembre cuando desde el museo de Melide se solicitó formalmente al gobierno municipal una evaluación sobre el estado de la palmera, ante la desconfianza, debido al aspecto que presentaban sus hojas, de que estuviese afectada por el también conocido como escarabajo asiático. Hace tres semanas, desde el Concello melidense confirmaron que el ejemplar estaba, en efecto, dañado por el insecto, sin presencia ya en la palmera. De hecho, su infestación se remonta a dos años atrás, «durante o momento de máxima expansión desta praga», tal y como se desveló ayer. «Tivo un carácter masivo», apuntan para explicar que, pese a los tratamientos a los que se sometió para intentar salvar el ejemplar, «cando se detectaron os primeiros síntomas, a xema apical xa estaba moi afectada, e foi desgarrada da palmeira co primeiro temporal».