La solidaridad vecinal con los afectados de la dana no cesa en las comarcas compostelanas

Natalia Rodríguez Noguerol
n. noguerol MELIDE/ LA VOZ

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Voluntarios de O Pino entregaron ayuda en la zona cero y la comunidad islámica se volcó con la recogida en Melide

17 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

A Jesús Sainz le gustan las carreras de fondo. Tras correr su primera maratón —de 42 kilómetros, en Oporto—, asegura: «quiero repetir; fue una experiencia inolvidable». Exactamente por lo mismo, este vecino de O Pino pondrá en marcha, desde el gimnasio que regenta en la capital municipal, una recogida solidaria de juguetes que enviará a Paiporta en Navidad. La decisión la tomó después de trasladarse a ese municipio valenciano afectado por la dana para hacer entrega a los damnificados de la ayuda solidaria de los vecinos. No fue la única que llegó desde O Pino, donde Sandra Vázquez, al frente de una peluquería en Castrofeito, también recogió alimentos y productos de primera necesidad.

Los dos, Jesús y Sandra, partieron en dos furgonetas repletas de ayuda a Paiporta, en un viaje exprés que aprovecharon para echar una mano en las tareas de limpieza de bajos «destrozados», cuenta él. Acompañados por otros cuatro vecinos de O Pino, se encontraron con una localidad «arrasada» en la que, a pesar de que se avanzó en la recuperación de servicios, «queda mucho trabajo por hacer a largo plazo», comenta Jesús, con pena de «no poder quedar más tiempo para ayudar». Los voluntarios vieron de cerca la cara más amarga y resiliente del desastre en una pareja con hijos que conocieron. «Lo perdieron todo, pero la mentalidad que tienen es la de querer volver a empezar de cero», cuenta Jesús Sainz.

Los valencianos recibieron la ayuda llegada de O Pino «súper agradecidos. Los voluntarios somos como unos salvadores. La comida —explica— se la llevamos nosotros». Y no les faltará. Porque la solidaridad ciudadana espera otra vez para poder llegar a Valencia. En el local que albergó uno de los primeros supermercados que hubo en Melide, la asociación comarcal de mujeres rurales —Alecrín— almacena una buena cantidad de alimentos y productos de primera necesidad, aportados desinteresadamente por vecinos y colectivos.

Mohamed Sniba, en el local donde se almacena la ayuda melidense.
Mohamed Sniba, en el local donde se almacena la ayuda melidense.

La respuesta fue «moi boa», afirma Aurora Fernández, presidenta de Alecrín, que, entre todas las aportaciones recibidas, destaca la de la Asociación Alrrahma, que reúne en Melide a la comunidad islámica de la zona. «Eles teñen necesidades que nós non temos, como axudar á familia que teñen nos seus países de orixe», explica Aurora Fernández el agradecimiento especial a la comunidad islámica, que aportó lo que desde Alecrín se les pidió. En cepillos duros, lejía y botas se materializa la ayuda de Alrrahma, donde, desde el primer momento, tuvieron claro que «teníamos que hacer algo», apunta Mohamed Sniba. Explica que ayudar al prójimo forma parte de su cultura y como parte que son de la sociedad «debe ser así». Además, «fueron solidarios con muchos de nosotros cuando llegamos aquí», cuenta.