Melide plantea abrir conjuntamente los dos tramos en obras de la autovía a Lugo

Natalia Rodríguez Noguerol
n. noguerol MELIDE / LA VOZ

MELIDE

SANDRA ALONSO

El alcalde defiende aplazar la próxima entrada en servicio de la A-54 desde Palas para evitar un colapso circulatorio

01 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Unos 800 camiones ruedan a diario por el casco urbano de Melide. La cifra se eleva a 7.000 cuando lo que se contabilizan son los vehículos ligeros que circulan por las dos principales arterias de comunicación de la localidad: la carretera nacional Lugo-Santiago (N-547) y la autonómica Betanzos-Agolada (AC-840). Las dos confluyen en el centro urbano, seccionadas por una glorieta en la que esta semana obró el Ministerio de Transportes para ganar espacio en el cruce viario. La razón: la próxima apertura —prevista para este mes— del tramo de la autovía A-54 desde el municipio lucense de Palas de Rei.

La intervención en la rotonda —materializada en la demolición de la isleta— se antoja, a priori, insuficiente, porque «os camións van ter que dar un xiro de noventa grados», advierte el alcalde José Manuel Pérez (Adiante Melide), que como solución para esquivar con garantías un posible colapso viario plantea aplazar la apertura de la A-54 desde Palas, de manera que entre en servicio conjuntamente con el tramo en obras Arzúa-Melide. Es decir, en el transcurso de 2025, de acuerdo con la previsión del Gobierno Central. «Levamos 26 anos agardando pola autovía», afirma el regidor en defensa de su propuesta, que puso encima de la mesa en una reciente reunión con la subdelegada del Gobierno en A Coruña, María Rivas, y con el responsable de Demarcación de Carreteras del Estado en Galicia, Ángel González del Río.

El alcalde de Melide minimiza la importancia del retraso que implicaría su planteamiento en la apertura del conjunto de la A-54 no solo porque unos meses resultan insignificantes en un contexto temporal de casi tres décadas. Sostiene José Manuel Pérez que «o que non pode unha autovía é paralizar un concello o tempo que reste por rematala». El regidor independiente aclara que «estou a favor da autovía», pero «prexudicando o mínimo posible as vías de paso», insiste en clara alusión a la carretera autonómica AC-840, que pasará a ser el vial de referencia al conectar con el ramal de la A-54, ubicado a poco más de 1 kilómetros de la rotonda del centro urbano.

Los datos que significan el volumen de tráfico rodado que soportan a diario las principales arterias viarias de Melide los proporciona el regidor para hacer hincapié en que la afección que causará la circulación viaria en la travesía de la autonómica AC-840 será «moita máis» que en el tramo urbano de la nacional N-547, con un incremento notable de vehículos, sobre todo pesados, desde la apertura, hace cinco años, del tramo de la A-54 entre Arzúa y Lavacolla. Y es que la carretera Betanzos-Agolada a su paso por Melide es, en el tramo hacia el municipio pontevedrés, una zona de expansión urbanística y residencial, dotada, además, de numerosos servicios, como son un centro escolar, una escuela infantil, dos hipermercados, un tanatorio y el centro médico. A mayores, en las proximidades del enlace de la A-54, operan una gasolinera, una cantera, tres plantas de aglomerado y otras tantas de hormigón, con lo que el volumen de vehículos pesados es ya de por sí elevado.

A los taxistas, que tienen la parada en el centro urbano con salida a la travesía de la AC-840, también los incluye en esa relación de afectados el alcalde melidense, que teme a que la apertura del tramo de autovía desde Palas convierta esa zona en un cuello de botella. En ese contexto, «o máis preocupante son as urxencias médicas. Se unha ambulancia sae a esa estrada —advierte— non hai vía de escape».