Varias iglesias de la comarca del Sar sufren un oleada de robos con daños

Uxía López Rodríguez
uxía lópez PADRÓN / LA VOZ

PADRÓN

MERCE ARES

La última asaltada fue el santuario padronés de A Escravitude, del que apenas se llevaron nada pero causaron numerosos destrozos

01 may 2018 . Actualizado a las 05:10 h.

Las iglesias de la comarca vuelven a estar en el punto de mira de los ladrones. La última asaltada, en la madrugada del sábado, fue el santuario de A Escravitude, en la parroquia de Cruces, en Padrón, del que apenas se llevaron unas monedas, pero los destrozos ocasionados fueron, en cambio, «cuantiosos».

Antes de abrir un agujero en la puerta principal del templo, los ladrones intentaron entrar por dos ventanas, pero las rejas se lo impidieron, aunque también sufrieron daños. Un panel de la puerta principal quedó totalmente destrozado, al hacer el agujero con una rebarbadora.

El cura párroco de Cruces, Roberto Martínez, tenía previsto presentar ayer la denuncia en el puesto de la Guardia Civil de Padrón aunque, cuando descubrió los hechos, ya la avisó y una patrulla se desplazó hasta el lugar.

Según cuenta, en el interior de la iglesia, los ladrones saquearon los cepillos y los lampadarios pero, como tienen por norma «recoger frecuentemente la recaudación, no tendrían más de diez euros», de acuerdo con Roberto Martínez, que también es el arcipreste de Iria.

El cura señala, además, que en las últimas semanas entraron a robar en diversas iglesias de la zona, entre las que menciona Carcacía, San Xulián de Laíño (Dodro), Pontecesures y Cordeiro (Valga), en algún caso más de una vez, y «en todas buscan el dinero que no encuentran», dice.

Así sucedió en el santuario de A Escravitude, en el que, pese a no robar nada, los daños fueron considerables aunque la iglesia tiene seguro contratado desde hace un par de años y el párroco espera que corra con los gastos de los desperfectos.

Una de las vecinas que reside en las proximidades del templo y que regenta el estanco asegura que los ladrones «deberon traballar parte da noite» para poder entrar, a la vista de todo lo que está dañado. Cuenta que «non se escoitou nada».

Otros robos

En su caso, hace dos semanas, aproximadamente, también le rompieron los pestillos de la puerta principal del establecimiento, para tratar de entrar. Eran sobre las tres de la madrugada y ella, que duerme en la planta superior del estanco, escuchó ruidos.

La Sociedad Deportiva Esclavitud también informó en su página de las redes sociales que entraron a robar en la cafetería y restaurante Pardal, en el lugar de Muíños, en A Escravitude, cerca del santuario, y se llevaron la hucha solidaria que tenía el equipo en el establecimiento para recaudar fondos para la adquisición de un desfibrilador. La sociedad deportiva habla de que «hai que ser miserables» para llevarse la hucha y agradece a los que colaboraron con la iniciativa, así como la buena disposición del local que, según dice, «sempre está aí para botar unha man».

El robo en la cafetería fue la misma noche que en la iglesia y en el local de hostelería entraron tras romper una puerta. Se llevaron la máquina de apuestas.