«El día que me dieron este trabajo fue como si me hubiera tocado la lotería»

PADRÓN

La empresa padronesa Palemi reivindica el trabajo manual y la inclusión
21 abr 2025 . Actualizado a las 17:16 h.En un mundo en el que la mecanización y la inteligencia artificial parecen ir ganando el pulso, en lugares como Padrón siguen reivindicando el buen hacer del trabajo cuidado y manual. En el corazón del parque empresarial de este concello se encuentra Palemi Social Factoría Manual, una empresa que es mucho más que lo que a primera vista se percibe.
La primera impresión es que esta pequeña compañía se dedica al embolsado de piezas, montaje de kits y protección del embalaje. Las 29 mujeres que trabajan cada día allí se afanan por contar tornillos, montar pequeñas piezas que posteriormente se usarán en ventanas o puertas en el sector de la construcción y en toda clase de trabajos manuales que las máquinas no serían capaces de llevar a cabo con el mimo y cuidado que exigen el tratamiento de estos artículos. «Nuestra labor se produce en una etapa clave del proceso productivo, donde aplicamos técnicas manuales que garantizan la correcta presentación y conservación de cada artículo. La destreza de nuestro equipo nos permite cumplir con los estándares más exigentes del sector, adaptándonos con flexibilidad a las necesidades específicas de cada cliente», explican.
Pero si se rasca un poco más sobre la superficie, Palemi es muchísimo más. Lo que diferencia a esta pyme de otras es su compromiso social. La totalidad de la plantilla —que componen 29 personas— la conforman mujeres con discapacidad: «Ellas encuentran aquí una oportunidad real de inserción laboral y desarrollo profesional. En un mundo donde la automatización gana terreno, creemos en el valor de las personas y en su capacidad para desempeñar trabajos que requieren una precisión y dedicación que las máquinas no pueden igualar».
El factor manual no le resta ni un ápice de precisión. En Palemi, las cosas funcionan como un reloj suizo. Se encarga de ir engrasándolo cada día Marisol Ces Gómez, cuya cabeza no para de idear toda clase de soluciones para conseguir que el trabajo de sus compañeras sea lo más fácil posible y que las piezas que allí se montan salgan impecables. Ella aplica cada día la máxima que la empresa tiene grabada a fuego en su ADN: ofrecer un servicio industrial de alta calidad a las empresas gallegas, a la vez que se fomenta un entorno de trabajo inclusivo y equitativo en el que cada persona pueda aportar su talento y crecer profesionalmente.
Ese es precisamente el sentir de las trabajadoras que cada día acuden a Palemi con la ilusión de saber que se valora su trabajo. «El día que me dijeron que me daban este trabajo fue mejor que si me hubiera tocado la mayor lotería», resume Alicia Tacón. Esta mujer cuenta que durante varios años la frase que más se repetía en su incansable búsqueda de empleo era «no reúnes los requisitos». Ella misma se define como el caso de los no imposibles: «Hice un curso de auxiliar y llamé a todas las puertas que pude y envié todos los currículos que pude. Llegué a ir hasta a la ONCE. Mucha gente te dice que la discapacidad no es un impedimento para trabajar, pero la realidad es que cuando ven que estás en una silla de ruedas, ya piensan que no vas a poder sacar adelante el trabajo». Esta mujer, que también tuvo que enfrentarse a la batalla del cáncer, cree que una de las principales barreras con las que se encuentra la gente con discapacidad es que la sociedad en muchas ocasiones no les deja demostrar que sí pueden hacer cosas: «Después del cáncer, uno de mis objetivos era encontrar trabajo. No solo para que los demás vieran que estaba capacitada para ello, sino también para demostrarme a mí misma que podía trabajar». Y Palemi se encontró en su camino. Tacón muestra cómo el simple hecho de contar con la confianza de una empresa que cree en ti y que te permite trabajar es un auténtico lujo.
Además del compromiso social, la empresa también refuerza lo local. Su plantilla está compuesta, en su mayoría, por personas de Padrón y zonas cercanas: «Esto nos permite generar empleo en la comarca y contribuir al crecimiento de nuestra comunidad. Creemos en la importancia de apoyar la economía local y en la creación de oportunidades laborales cercanas y accesibles para quienes más lo necesitan».
Adaptación
Una de las grandes bazas con las que cuenta Palemi es la adaptación. La maña de sus trabajadoras les permite montar desde cajas de tornillos hasta cestas de Navidad o incluso montar los típicos detalles de merchandising de las empresas (llaveros, botellas...). Por ello, se encuentran abiertos a cualquier socio industrial que quiera apostar por la inclusión y por dar una oportunidad a 29 mujeres con muchas ganas de seguir comiéndose el mundo.
Gestión emocional y comunicación asertiva para el día a día
En Palemi —que cuenta con ayuda por parte de la Consellería de Emprego— también se cuida la salud mental de las trabajadoras con el apoyo de una psicóloga que acude una vez al mes hasta las instalaciones. Allí imparte a las empleadas charlas de muy diversa temática con las que ayudarlas a su inserción. Desde autoestima hasta comunicación asertiva, pasando por gestión del estrés y de la ansiedad o inteligencia emocional en el trabajo.