A Escravitude, santuario con aguas milagrosas y un entorno sobresaliente

cristóbal ramírez

PADRÓN

C. RAMÍREZ

Los peregrinos y la piedra definen el santuario de Padrón y su entorno

10 ago 2025 . Actualizado a las 04:50 h.

Conocido es el origen del santuario de A Escravitude, cuyas torres destacan desde lejos cuando se circula desde Santiago a Padrón (o viceversa) por la N-550, la cual corre justo a su lado. No habían pasado muchos años del siglo XVIII (1732) cuando un sencillo labriego de la comarca pontevedresa de Salnés marchaba con su mujer e hija rumbo a Compostela para ser tratado de hidropesía. Paró el caminante a beber en la Fonte Santa —es la misma fuente que continúa manando hoy— y sanó. O sea, un milagro que le hizo exclamar «Bendita seas, ¡oh Virgen Santísima! que me libraste de la esclavitud de la enfermedad en la que me encontraba desde hacía tanto tiempo». Esa palabra, esclavitud, es la clave del nombre del santuario.

C. RAMÍREZ

La historia dice que, en agradecimiento, el hombre ofreció a la Virgen el carro y los bueyes con los que viajaba. Esa fue la primera ofrenda para levantar un templo. Pero para ser sinceros, ese no es el principio. Para buscar este hay que irse a finales del siglo XVI (1582), cuando el párroco de la vecina iglesia de Cruces, Juan Pérez Mondragón, colocó en la fuente una imagen de la Virgen con su Hijo como muestra de devoción porque un árbol no había aplastado al religioso, hecho que este atribuyó a la intercesión de la Virgen.

Súmese el entorno. Y ese entorno lo definen dos elementos, uno humano y otro pétreo. El humano son los peregrinos —muchos, muchísimos o un simple puñado, dependiendo del mes del año— que recorren el Camino Portugués.

C. RAMÍREZ

El pétreo es, a su vez, doble. Por una parte los ojos se van al magnífico cruceiro levantado sobre una basa de cuatro niveles y muy trabajado todo él, en medio de una zona verde arbolada que, cierto es, merece unos mimos que no tiene y a la cual debe prohibirse (e impedirse, si necesario fuere) el paso y aparcamiento de vehículos a motor con cuatro o dos ruedas. Y por otra parte, el enlosado que casi rodea el templo —ojo: en la parte posterior colocaron uno nuevo que resbala mucho en días húmedos y es propicio a las caídas— y el sobresaliente banco corrido, que suma muchos metros y es una obra de arte popular. Más de uno afirma que se trata del banco pétreo de mayor longitud de Galicia.

Pero además las viviendas inmediatas se merecen un vistazo. Obviamente son privadas, lo cual no quita que su exterior granítico llame la atención, como lo hacen las argollas para atar el caballo en tiempos pretéritos. Tampoco pasa desapercibido el excelente edificio que acoge a la Fundación Paideia.

Además, los días 8 de septiembre (A Nosa Señora da Escravitude), el primer domingo de octubre (O Rosario) y el segundo del mismo mes (O Rosariño) el visitante no va a estar solo en absoluto: son festividades religiosas muy populares.

Cuándo se acabó

En 1743 se remató la construcción del santuario. En 1885 un emigrante que había hecho las américas financió una segunda torre, simétrica a la existente.

La foto más personal

En la fuente de aguas milagrosas, que conserva una inscripción de 1750.