De los menús del día a 20 euros en Santiago, a las cañas que ya superan los tres: «Todos hemos tenido que subirlas»
SANTIAGO CIUDAD
Los hosteleros esperan que los precios se estabilicen y admiten que el coste depende de la calidad del producto y de si viene, o no, con tapa
20 sep 2023 . Actualizado a las 17:31 h.La tormenta perfecta sigue agujereando los bolsillos de los compostelanos, que comienzan a rascárselo incluso cuando bajan a tomarse una caña. La inflación, apodada por los economistas como el impuesto silencioso, se encuentra detrás de dicha realidad. Solo en agosto, el IPC se situó en el 5,12%, mientras que el coste del alcohol aumentó un 10,3 %, un punto menos que en julio. Esas frías cifras repercuten ahora de raíz en lo que ocurre en la barras de bares, pubs y restaurantes. Si hace poco se debatía sobre el aumento del precio de los menús del día, que ya rozan los 20 euros; en el caso de las tan tradicionales cañas ya se puede pagar tres euros por cada una.
«El precio del barril ha aumentado este año. Depende de la marca, pero en nuestro caso el incremento ha sido de ocho euros», admite Thor Rodríguez, presidente de Hostelería Compostela y tabernero en O Boneco, junto a la Praza do Obradoiro. Admite que «todos hemos tenido que subirlas. En nuestro caso, la caña está a dos euros y no creo que tenga que llegar a venderlas a tres, pero hay que esperar. Los precios ya se han ido estabilizando y eso evitará que se continúe con esta escalada».
Quien también admite una subida, en su caso de 20 céntimos, es Pablo Cabana, del restaurante Marte. Considera que no le quedó otra que adaptarse porque al empezar el año hubo que «renegociar la tarifa» del producto con el proveedor. Explica que el aumento en el precio de la cerveza llegó por el «incremento de los costes de la energía y de la cebada». En su caso, supuso poner la caña de 0,30 centilitros a 2,30 euros, aunque con el pertinente, y delicioso, pincho de tortilla.
Desde La Tita, icónico local para disfrutar de esa combinación de caña y pincho, habla su propietario, Carlos Suárez, que reconoce que en el mundo de la cerveza los precios varían dependiendo de la calidad, del tamaño del barril o de si es de bodega. En su caso cuenta con tanques de 1.000 litros. Admite que ha tenido que incrementar el coste de cada caña «alrededor de un 20 %, pero ya te digo que es muy variable. La subimos de 2,40 a 2,70», aunque reconoce que, por el momento, la clientela lo ha entendido a la perfección.
Es otro hostelero de la capital gallega que prefiere mantenerse en el anonimato el que informa que, solo en la tapa, el coste puede rondar los 30 o 40 céntimos, sin contar la persona encargada de hacerlas. «No es lo mismo vender cerveza si tienes un local que si tienes tres. Hay una negociación previa con el proveedor. El litro te cuesta según las cañas que vendas, la calidad... Si pagas un barril por 150 euros y cada caña lleva 30 centilitros debes calcular el coste de cada una y multiplicarlo por tres para saber a cuánto la tienes que vender. Hay gente que lo hace por 2,5, pero lo correcto es multiplicarlo por tres».
Considera que solo así es viable y se le gana dinero, aunque reconoce que la cerveza puede utilizarse como método para atraer clientela y tratar de rentabilizarla por otra vía, como puede ser la comida. En el caso de ciertos restaurantes, se aprieta su precio porque el objetivo es recuperar la inversión con un menú del día, raciones o platos. «Hay que saber diferenciar. Por ejemplo, si te están vendiendo una caña de bodega, con tapa, y te cobran tres euros... Es un tipo de cerveza que tienen pocos locales, contados, y para ellos también supone un mayor coste», explica mientras cree que la gente se olvida de que los bares, restaurantes y cafeterías están para ganar dinero: «Si no haces bien las cuentas puedes tener el local lleno y perder dinero».
Los combinados también están en plena escalada
No solo la cerveza ha aumentado considerablemente de precio, aunque quizás sea el producto alcohólico donde más se nota. Lo cierto es que los combinados también se encuentran inmersos en esa empinada escalada. Aunque no hace demasiado era habitual encontrar la copa por cinco o seis euros, lo cierto es que actualmente se encuentran en la horquilla entre los seis y siete. En el caso de los locales donde se sirven cócteles, que requieren una mayor preparación, el coste puede incluso rondar los 10 euros. Lo mismo que las bebidas prémium, que también han disparado su valor en los últimos doce meses.