La experiencia se asocia con el emprendimiento en esta nueva óptica de Santiago

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

El compostelano Antonio López, con más de 20 años de experiencia en este mercado, se aventuró en el autoempleo a sus 60 de la mano de un empresario carballés de 38

04 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«A partir de una edad, las empresas no tienen interés en los trabajadores si no están en activo. Supongo que habrás escuchado esta historia muchas veces», dice Antonio López García, un santiagués de 60 años que hace poco más de tres meses iniciaba una nueva aventura laboral para hacer frente a esta situación. «El autoempleo es de las pocas soluciones que he encontrado, porque todavía tengo desarrollo profesional por delante, además de cuatro hijas, y creo que aún puedo aportar a la economía familiar», defiende con voz profunda y sosegada este optometrista, hijo de un oftalmólogo. En su caso, con sus más de dos décadas de experiencia en el sector, emprendió de la mano de un empresario carballés de 38 años, Santiago Javier Ramiro Pichel. Y juntos abrían a finales de enero, en el Ensanche compostelano, Óptica Santiago.

«Conocí a Javier a través de una tercera persona, hace un año. Yo tenía ese conocimiento más técnico del mercado y de la ciudad, aunque siempre había trabajado por cuenta ajena, y él de la parte empresarial, de todo lo que tiene que ver con la estructura financiera. Tiene una óptica en Guitiriz y otra en Fene. Viene de una familia de farmacéuticos y él es licenciado en Farmacia y óptico», explica Antonio desde el local de la República de El Salvador. Hace años, hubo allí una óptica que tuvo distintos propietarios, aunque llevaba cerrada unos años, indica el compostelano. Para ellos, este negocio de proximidad «no trata solo de vender gafas». «Hacemos graduación, adaptación de lentes y nos ocupamos de todo lo que supone la salud visual. Mi aportación principal, como cara visible en la tienda, es el trato personal. Estamos en un establecimiento en el que no van a concurrir muchos clientes a la vez y podemos dedicar más tiempo a atender las necesidades de cada uno de ellos. Además de la parte estética, hay que pensar en el confort de la gafa, par qué la vamos a necesitar y qué otros elementos debe aportar a la calidad visual. Y, en el gabinete, además de mirar la graduación, prestamos especial atención al cuidado y prevención. Si vemos un problema que no es del ámbito de la optometría, recomendamos que acudan a un oftalmólogo. Son dos campos que se pueden complementar, sin pisarse. Nuestra prioridad es que los clientes se encuentren cómodos, puedan escoger a gusto y se sientan contentos cuando salgan, con la idea de regresar en un futuro y transmitir esa experiencia a otros», defiende el óptico de padre oftalmólogo.

Sobre la acogida de Óptica Santiago, indican que respuesta «está siendo positiva. Vamos poquito a poco. Tenemos una buena ubicación. Aunque no es la calle más comercial de la ciudad, sí tiene una buena afluencia de tráfico rodado y de viandantes. Hemos tenido un buen arranque, que no es para tirar cohetes, pero ya me gustaría que se repitiese así por un buen período de tiempo», afirma Antonio, quien espera «poder traer más productos y aportar más novedades en sentido comercial y a nivel de servicios». Tras haber sido director de General Óptica en Santiago y trabajar en Óptica Val (hasta que la pandemia hizo sus estragos), Antonio confiesa que «la selección que hicimos de monturas fue, en muchos casos, pensando en personas a las que he conocido a lo largo de mi trayectoria» y puede presumir de haber acertado en algunas de ellas. Entre las firmas que ofrecen, hay desde casas italianas y nacionales hasta marcas emergentes por las que han decidido apostar.