Los gigantes y cabezudos marcan el ritmo alegre para el gran día de Santiago

VICTORIA PEÑA / i. c. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Sus bailes en las calles y plazas del centro monumental vuelven a hacer las delicias de pequeños y mayores

24 jul 2024 . Actualizado a las 18:35 h.

La víspera del día grande Santiago y de Galicia arrancó este miércoles al ritmo de los gigantes y los cabezudos, más lento el de las monumentales figuras que descansan todo el año en la Casa del Deán, y muy alegre y vivaz el de los segundos a lo largo de su recorrido por calles y plazas del casco histórico, haciendo las delicias de el público que masivamente se concentró a su paso.

El día previo al Apóstolo los gigantes salen a lucirse en la fachada trasera de la Catedral mirando hacia el espectáculo de baile de los cabezudos. Este caluroso mediodía de Compostela, los gigantes y los cabezudos recorrieron las calles del casco monumental esparciendo el clima festivo entre todos los asistentes. El público, que variaba de niños a adultos, locales y turistas, disfrutó con entusiasmo todas las paradas que hicieron estas figuras.

Si bien comenzaron juntos en A Quintana, los cabezudos recorrieron varias calles y plazas del casco monumental que forman parte de su recorrido habitual: Rúa Nova, Praza de Praterías, Praza do Toural y rúa do Preguntoiro, entre otras. Mientras tanto, los gigantes realizan un recorrido más corto, a causa del gran peso de sus estructuras, que oscila entre 60 y 70 kilos, y pasaron por la Rúa Nova, Praza do Toural, Rúa do Vilar y Praza de Praterías, donde terminaron escenificando el tradicional baile de el Coco y la Coca para volver a guardarse en la Casa do Deán.

Estos recorridos forman parte central de las Festas do Apóstolo, por tradición histórica y porque es una actividad que convoca a un público muy amplio, incluso de procedencia internacional. Este es el caso de Cecilia López, una chica argentina que ya había venido a las fiestas de Santiago y había visto a los cabezudos: «Son un espectáculo, es lindo cómo bailan, cómo suenan, para los niños es muy atractivo, por eso aprovechamos y nos acercarmos para verlos», explica Cecilia.

Andrea Adrover llegó a Praza do Toural con sus niños de 8 y 9 años para ver a los cabezudos. Comenta que hace cuatro años los habían visto y les habían gustado mucho: «Los niños tenían muchas ganas de volver a verlos, es algo que no suelen ver a menudo, una experiencia diferente para ellos».