En este bufé puedes ponerte las botas en el desayuno, por solo 9 euros, en pleno casco histórico de Compostela

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Lupe Señarís en la pensión Mapoula, en una tercera planta de la rúa Entremurallas 10. Aquí sirven su bufé de desayuno a diario, de 8.00 a 10.30 horas, salvo en la quincena de vacaciones que suelen coger de cara a diciembre. «Este es un pequeño establecimiento familiar en el que ponemos mucho mimo a todo, para que sea lo más casero y auténtico posible», dicen.
Lupe Señarís en la pensión Mapoula, en una tercera planta de la rúa Entremurallas 10. Aquí sirven su bufé de desayuno a diario, de 8.00 a 10.30 horas, salvo en la quincena de vacaciones que suelen coger de cara a diciembre. «Este es un pequeño establecimiento familiar en el que ponemos mucho mimo a todo, para que sea lo más casero y auténtico posible», dicen. SANDRA ALONSO

La pensión Mapoula abre a todo el público un servicio que antes era exclusivamente para huéspedes

15 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Es ya un secreto a voces. En Entremurallas, en pleno casco histórico compostelano y a solo un paso de la Praza de Galicia, hay un bufé de desayuno en el que uno puede ponerse las botas cualquier día de la semana, por solo 9 euros. «Cuando mi hermana Lupe se incorporó a la pensión familiar, en el 2015, hicimos una gran reforma arriba. Eliminamos alguna habitación para hacer la cafetería, donde empezamos a servir desayunos a los huéspedes. Comenzamos con un bufé más simple y económico, con muy poquitas cosas, pero el cliente cada vez nos exige más, sobre todo el extranjero, acostumbrado a comer también platos salados y calientes en el desayuno, por lo que decidimos ampliar el servicio y subir un poquito el precio. Ahora puede disfrutarlo todo el mundo. Lo abrimos al público general en marzo, aunque antes podíamos hacer alguno puntualmente», explica Laura Señarís.

Entre las 8.00 y las 10.30 horas (cuando se da por finalizado el bufé) sirven cada día entre 20 y 30 desayunos de media. «El fin de semana es el día de más auge, pero estamos llenos prácticamente a diario. Entre semana hay sobre todo huéspedes y vecinos de Santiago; y el sábado y domingo se acerca más la gente de fuera, aunque tienen que madrugar, porque esto no es un brunch», indican las hermanas. Lo que más éxito tiene es la repostería casera: su tarta de la abuela o de manzana, los bizcochos... «Estamos bien surtidos. Lo elaboran entre mi madre y mi hermana, quien estudió en el Centro Superior de Hostelería e hizo prácticas en Mallorca y Madrid», subraya Laura. «También hay tortitas hechas al momento y, en la parte de salados, servimos desde huevos revueltos, fritos o cocidos, hasta salchichas o beicon, además de embutidos. Hay zumo natural recién exprimido, macedonia y frutas variadas, pan de distintos tipos —incluido un pan de masa madre horneado del día y de proximidad—, cereales, café, chocolate... Y tenemos un córner de productos sin gluten y sin lactosa, para abarcar las necesidades de todos los clientes», añade.

Laura y Lupe heredaron el negocio de sus padres, Manuel y Lucía. Ellos empezaron allí en el 89, al retornar de la emigración en Suiza (donde nació Lupe). «Esto era una pensión de estudiantes llamada como ahora, Mapoula. De niñas, nosotros teníamos aquí nuestra vivienda. No era todo alojamiento», rememora la menor de las hermanas, de 40 y 33 años, quien recuerda estar merendando allí mientras iban y venían los universitarios por la recepción. «Con el auge del Xacobeo 93 fue cuando mis padres empezaron a ver la posibilidad de enfocarse a peregrinos y turistas y no solo a estudiantes. Ellos arrancaron de una forma más rústica, haciendo las reservas de forma presencial, o como mucho por teléfono», señala Laura, quien hizo dos carreras (Óptica y Turismo) y potenció el salto digital del negocio familiar, al que se unió en el 2014.