Prevención

Montse García Iglesias
Montse García AL TRASLUZ

TEO

18 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Discrepo con lo de nunca es tarde. A veces, lo es y muy tarde. No aprendemos hasta que ya no hay vueltas atrás ni solución posible. Sucede con muchas medidas de seguridad de nuestras infraestructuras de comunicación, que llegan después de contabilizar víctimas. Lo mismo le pasa a la protección del patrimonio. El colectivo A Rula, que llevaba dos años solicitando la catalogación de los petroglifos del área compostelana, no obtuvo respuesta hasta que un incendio afectó a catorce de ellos en Villestro a finales de julio del 2016. Fue la tecla necesaria para que tanto Concello de Santiago como Xunta se apresurasen a tomar medidas. De esta forma, el arte rupestre de la zona obtuvo reconocimiento «oficial». Ya nadie podrá hablar de que desconoce los elementos patrimoniales que hay en sus parcelas. Un año después ya están catalogados ochenta nuevos grabados, lo que supone que casi se triplican los que cuentan con protección entre Santiago, Ames y Teo. Estas huellas de nuestro pasado son las que pasan más desapercibidas y le cuesta obtener reconocimiento social. Es más fácil comprender que la luz puede deteriorar un cuadro que la necesidad de proteger «una piedra con unos dibujos». Por eso, aún queda mucho camino por recorrer para preservar estos vestigios de nuestro pasado. El arte rupestre, ese que también inspira joyas u otras piezas artísticas, no está en una vitrina. Nos espera en caminatas por nuestros montes, esos que sufren también el olvido general -con la excepción de los incendiarios-. Para ellos también llegan tarde las medidas de limpieza. Prevenir es un verbo que conjugamos muy poco.