Cuarenta palomares, la riqueza de Teo que estaba a la vista sin que nadie se percatase
TEO









La curiosidad de Patricia Castelao, enamorada de estas construcciones, ha fructificado en una guía en la que colaboró el archivero Pablo Sanmartín
12 oct 2025 . Actualizado a las 13:21 h.Teo tiene 19.045 personas censadas. Patricia Castelao es una de ellas, y gracias a su particular mirada le ha regalado a su tierra y a la de sus padres una prueba más de que su concello, una de las excepciones demográficas de Galicia, tiene un patrimonio que siempre estuvo ahí sin que nadie se percatase hasta ahora: cuarenta palomares, 32 de ellos centenarios, que recuerdan que hasta hace unas décadas Teo era tierra de faena de sol a sol.
Estas construcciones están ahora catalogadas y geolocalizadas gracias a la curiosidad de Patricia Castelao y el apoyo de Pablo Sanmartín, responsable del archivo del Ayuntamiento de Teo, administración que ha editado, con la colaboración de la asociación A Mámoa, una guía práctica sobre cada palomar con fotos antiguas y actuales, documentos y un contexto histórico sobre estos elementos. De los cuarenta localizados, el Plan Xeral solo tiene catalogados nueve, un número significativamente inferior a los 25 que ya constaban en el primer inventario de palomares de Galicia, que data de 1756.

También hay que viajar en el tiempo para situarse en el momento en el que Patricia Castelao decidió satisfacer su curiosidad por la abundancia de palomares que veía en Teo y fraguó la idea de hacer un estudio sobre ellos. Dio el primer paso poco antes de la pandemia y en ese momento pidió colaboración a Pablo Sanmartín, más acostumbrado a mirar hacia el suelo rastreando piedras y parcelas para encontrar petroglifos, y al que le faltó tiempo para decir que sí.

En pleno confinamiento, y tirando de Google Maps, rastrearon construcciones redondas y enseguida se dieron cuenta de que había muchas. Cuando pudieron salir las visitaron todas y descubrieron unas cuantas piscinas y cenadores, pero también identificaron doce palomares en la parroquia de Calo, seis en Luou, cinco en Reis, cuatro en Cacheiras, cuatro en Oza, cuatro en la parroquia de Teo, dos en Rarís, dos en Recesende y uno en Lampai. La gran mayoría son circulares, solamente uno es poligonal y varios de ellos conservan las tejas originarias. «Puido haber ata cen», calcula Pablo Sanmartín.
De origen romano, fue en la Edad Media cuando este tipo de construcciones florecieron en Galicia, siendo entonces una posesión exclusiva de la clase alta, lo que confirma la riqueza de las tierras teenses, en donde la mayor parte de palomares es propiedad de la Iglesia. Los únicos con acceso público se encuentran en Francos y en la parcela conocida como A horta do cura, en Luou.

«A primeira idea foi facer un inventario, case como un xogo para ver cantos había. Cando comezamos vimos que había moita vida detrás e moitas emocións nas familias cando contaban o que para eles era un pombal», explica Patricia Castelao, acompañada de Pablo Sanmartín y de Ramón Vieites Castiñeiras, propietario de una finca con palomar en Vilaverde (Calo). «Esta casa é da familia, como mínimo desde 1869. Agora temos un prado pero antes estaba todo cultivado. O costume, como neste caso, era facer a casa nunha esquina para aproveitar todo o terreo para cultivar», recuerda encantado con la iniciativa de valorizar estas construcciones. Su palomar está restaurado y gracias al interés de su padre por preservarlo hoy tiene treinta palomas «que estes días andan espantadas por unha lagarteira».
Con el trabajo ya hecho y la guía presentada en sociedad hace tres semanas, su impulsora insiste en destacar que desde el inicio «a colaboración foi absoluta». Ahora confía en que la guía editada por el Concello sirva para inventariar los palomares que aún no lo están y que sus propietarios se sientan amigables custodios de estas construcciones, que si están inventariadas pueden beneficiarse de ayudas para su cuidado y restauración.