UxT y BNG critican deficiencias en campos de fútbol de Trazo y el gobierno local anuncia inminentes mejoras

Olimpio Pelayo Arca Camba
O. P. Arca SANTIAGO / LA VOZ

TRAZO

Desde las formaciones de la oposición cargan contra el estado del terreno de juego en Restande y la cantina y vestuarios de Chaián

24 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El mal estado de dos campos de fútbol de Trazo saltó a la política municipal con las críticas formuladas en los últimos días desde Unión por Trazo (UxT) y BNG. La concejala de UxT, Charo Regueiro, comprobó personalmente el estado del campo de Restande tras numerosas quejas que dijo recibir de vecinos y aficionados del Resmón. Denuncia su estado «lamentable; é unha auténtica vergoña». Responsabiliza al gobierno local por haber asumido directamente el mantenimiento del campo, de hierba natural, dejarlo abandonado en pretemporada y llevar luego unos camiones de tierra que lo dejaron «convertido nunha lameira». Critica el desinterés del gobierno local por el deporte, mientras se destinan miles de euros a fiestas, y le reclama soluciones inmediatas. Cuestiona además el estado del campo de Chaián, segunda opción para jugar el Resmón, con vestuarios en estado deplorable y en ocasiones sin agua caliente en las duchas.

Sobre ese campo incide el BNG tracense. El concejal nacionalista César Boquete comprobó la lluvia que entra a la cantina, unos vestuarios «do século pasado» y parte del terreno de juego donde el agua se encharca. Vuelve a pedir una ordenanza que regule el uso del campo, para alquilarlo a entidades de fuera del municipio y ayudar con esos fondos a mantener la instalación. Demanda al Concello resolver las deficiencias.

La alcaldesa de Trazo, Fina Suárez, reconoce las carencias. Del campo de Restande indicó que se jugaron dos partidos en sábado y domingo, por lo que con la abundante lluvia caída es normal su deterioro, y esperan que seque para acondicionarlo. En cuanto al campo de Chaián, el Concello tiene ya valoradas las reparaciones más urgentes de la cubierta de la cantina, en unos 10.000 euros, y confía en un pronto inicio de las reparaciones.