Carolina, la nueva centenaria de Val do Dubra: una trabajadora nata que a sus 93 años aún plantaba patatas

VAL DO DUBRA

CEDIDA

La vecina de Rial, que crio a cuatro hijas gracias a una humilde taberna y su tesón, sopló las velas el viernes y disfrutó de una tarta casera

27 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

No tuvo una vida precisamente fácil, pero Carolina Ares Vázquez siempre supo cómo salir adelante. Esta mujer, a la que le cambiaron por error el apellido paterno en el padrón oficial cuando nació (debía ser Domínguez), se convirtió el pasado viernes en la nueva centenaria de Val do Dubra. Nacida en la parroquia de Rial, en la casa da Viola, creció junto a dos hermanos —ya fallecidos— y siempre destacó por su fortaleza física y arrojo.

Se casó con un carballés y vivió una temporada en la comarca de Bergantiños, aunque luego acabó volviendo a su tierra. Él emigró a Venezuela y no volvió. Tenían entonces cuatro hijas (Marisa, Fina, Amparo y Maricarmen), la mayor de 8 años y la pequeña de apenas 3 meses, a las que mantuvo desde entonces y crio la dubresa con la ayuda de su madre, María Vázquez. «A miña nai montou unha taberna, unha cousa moi humilde, alá polos anos 60. Estaba ao lado da igrexa de Rial e moitos a recordan daquel establecemento, detrás da barra de madeira. Alí vendiamos azucre, a gasosa La Pitusa, serviamos as taciñas de viño nas típicas cuncas brancas... non chegou a ser un ultramarinos, senón algo moito máis sinxelo, pero foi co que nos sacou adiante», recuerda su hija pequeña, Maricarmen, a quien en realidad la querían llamar Carmen. «Temos os nomes mal por culpa de que naqueles tempos as cousas funcionaban daquela maneira... A miña irmá maior tamén llo cambiaron. Ela si se ía chamar Maricarmen e acabou sendo Marisa», comenta con gracia la benjamina sobre su infortunio familiar en el Registro Civil.

Con ella vive actualmente su madre, desde que empezó a empeorar su salud física. Hace unos meses se agravaron sus problemas de movilidad y de memoria, aunque todavía es capaz de recordar los nombres de personas a las que hace décadas que no ve. «Sempre foi unha muller dura, con bastante xenio, e a nós nunha nos faltou de nada. Cociñaba moi ben, sobre todo os callos, e era una das tapas que máis gustaban da súa taberna. Tamén se lle daba ben coser e facíanos roupa de nenas. Era mañosa, en xeral, incluso ten cortado o pelo á xente maior que viña das aldeas porque, aínda que non era perruqueira, dábanselle ben estas cousas», destaca Maricarmen, conocida por tener un aserradero.

Aunque «agora está pachuchiña», comenta la hija, «ata os seus 93 anos seguiu plantando patacas na hortiña que temos aquí e traballou a terra ata que o corpo xa non puido máis». Con ocho nietos y otros tantos bisnietos, hoy Carolina disfruta de las reuniones familiares, continúa siendo mujer de buen comer y le gusta especialmente el dulce. En este último cumpleaños sopló las velas sobre una tarta casera de almendras y recibió regalos, flores y el cariño tanto de su familia como de vecinos y allegados. Desde el Concello también quisieron desearle un feliz cumpleaños y, en representación de la corporación municipal, se desplazaron hasta su casa el nuevo alcalde, Diego Díaz, así como la concejala Celsa Oreiro, quienes le hicieron una breve visita y le entregaron un ramo como obsequio.