Vedra profesionaliza la Festa do Viño da Ulla con más caldos y propuestas de ocio

Emma araújo SANTIAGO / LA VOZ

VEDRA

XOAN A. SOLER

Desaparece la degustación en las botas gigantes y se refuerza la gastronomía

16 abr 2023 . Actualizado a las 21:36 h.

La parroquia de San Miguel de Sarandón, en Vedra, ha renovado sus votos como capital de los caldos Rías Baixas pertenecientes a la subzona del Ulla al celebrar una nueva edición de su Feira do Viño, una cita que ahora se desarrolla durante todo el fin de semana y que por vez primera no incluye la tradicional degustación de vino blanco y tinto que se ofrecía en las botas gigantes que se colgaban de los carballos del campo de la fiesta.

MARIA RODRÍGUEZ

El elemento que durante décadas se convirtió en el símbolo de esta cita ha dado paso a una propuesta acorde con la profesionalización que ha experimentado el sector vitivinícola desde su integración en el paraguas de calidad de Rías Baixas, con once bodegas inscritas y 293 hectáreas en producción este año.

Con un merecido homenaje al pasado, la bota gigante ocupaba ayer un lugar especial en el recinto, que dio todo el protagonismo a las bodegas participantes y a las propuestas de tapas para acompañar a los caldos.

Para no perder el alma de romería, en el espacio habilitado por la organización convivieron en perfecta armonía los puestos tradicionales de pulpo y demás viandas, rosquillas incluidas, con las atracciones para los más pequeños y la feria de artesanía.

La degustación de los caldos fue el principal atractivo y con el ritual previo que necesitan los vinos de calidad, una buena copa de cristal, que se podía adquirir por 2,5 euros y de los que se recuperaban dos al devolverla. Como toda feria que se precie, el sector esperó como agua de mayo los premios de la cata. El primero fue la bodega Chouzal (Teo). El segundo se lo llevó Castro Rei (Vila de Cruces) y el tercero, Barallobre (Vedra). Previamente al reconocimiento a los mejores caldos, la organización nombró nuevos amigos del vino del Ulla.