Las pautas de consumo televisivo han cambiado; julio y agosto ya no son meses muertos, sino de grandes estrenos
10 jul 2018 . Actualizado a las 11:23 h.El éxito de Stranger Things (Netflix), en formato bloque, el verano del 2016 revolucionó el panorama audiovisual a nivel mundial. Esto desencadenó una nueva corriente a la que se sumaron buena parte de los grandes grupos de producción audiovisual. Los aspectos más visibles de esta modificación pasan por el abandono del formato veraniego clásico de estreno, basado en la emisión de los contenidos más reclamados por la audiencia a partir de septiembre.
Los hábitos de consumo han cambiado, en parte debido a que la revolución de los medios digitales permite el acceso a nuestra serie favorita en cualquier lugar, hora y soporte.
Ahora el espectador puede visualizar el último estreno de HBO mientras desayuna, detenerlo cuando se marcha a trabajar y retomarlo en el minuto exacto en el que lo había dejado solo o con amigos. No hace mucho, tocaba esperar a que las cadenas estrenasen los títulos de mayor coste durante la temporada otoño-invierno. Así recuperaban una buena parte de la inversión realizada, ya que la mayoría de los espectadores medios se concentraba en ese momento del año.
Después de la serie con los niños más famosos -y aterrados- de Netflix, otras grandes producciones como Juego de tronos, The Defenders o Pose, salieron a la luz con el sol del verano pasado. Lo hicieron con éxito y todo apunta a que en el verano del 2018 la audiencia seguirá enganchada a otras producciones tanto como en la primera parte del año.
Los seguidores más fieles de Matt Groening -creador de Los Simpsons-, podrán seguir la nueva aventura ideada por el dibujante americano: Des(encanto) aterriza en Netflix el 17 de agosto. Bean, una princesa rebelde -y con afición por las bebidas alcohólica-, que tiene por escuderos a un demonio y un cuervo, llega para demostrarnos que en Futurama también podría haber princesas. No todo va a ser protocolo, ni compromisos palaciegos en la vida de las princesas actuales -ni tierras que defender en el norte-.
A México, con muchas flores y con Paco León en el papel de un personaje transgénero -que promete dejar muchos momentos para recordar-, será posible viajar a través de La casa de las flores el 10 de agosto.
Y si todavía restan fuerzas para seguir viajando, desde Bollywood también llegan noticias. La primera colaboración entre la factoría asiática y Netflix, Juegos sagrados, recupera la novela homónima de Vikram Chandra y lleva las profundidades de la enorme Bombay a la pantalla. Los ojos de un policía -con espíritu robinhoodiano-, descubren que no es tarea fácil salvar a una ciudad de un cataclismo total.
En esta fiebre estival no faltan las adaptaciones. HBO fichó a Amy Adams para desempeñar el papel de protagonista en Heridas abiertas, basada en la obra de Gillian Flynn, -autora de Perdida-. Bajo la dirección de Jean-Marc Vallé, quien cosechó un gran éxito con su labor a cargo de Big Little Lies, narra la historia de una joven periodista que regresa a su lugar de nacimiento para cubrir una serie de asesinatos. Será posible seguirla a partir del 9 de julio.
Jóvenes asesinos
Siempre quedan cosas de los ochenta por explotar. Eso debieron de pensar los directivos de HBO cuando decidieron revivir Escuela de jóvenes asesinos para sacar una nueva versión de la comedia adolescente. Estética, ironía, reivindicaciones queer y amor sin miramientos se dan la mano para presentar, después de varios intentos fallidos, la producción Heathers, que aterrizará el 11 de julio. Aquellos que prefieran la versión original de la película también podrán saciar su hambre a partir del mismo día, pues de manera simultánea estará disponible en la plataforma del gigante americano.
Todo indica que gran parte de la audiencia se mantendrá pegada a la pantalla (grande o pequeña) este verano. Llegue o no el buen tiempo, lo que parece seguro es que las series serán unas compañeras fieles tanto en la playa como en el sofá.
Nicole Kidman se convierte en el fichaje estrella de Amazon Studios
El que no arriesga no gana. Nicole Kidman se alía con el gigante de Internet para producir, de la mano de su propia compañía, Blossom Films, los nuevos títulos que salgan de la factoría.
A sus 51 años, la actriz australiana atraviesa uno de los momentos más luminosos de su carrera como intérprete. Tras el éxito de Big Little Lies, la serie que protagoniza junto a Reese Witherspoon y Shailene Woodley, decide expandir sus horizontes y prestar su nombre para la empresa americana.
La estrella de la pantalla cuenta además con el beneplácito de la directora de la plataforma en streaming, Jennifer Salke. De la intérprete dice que es una «fuerza de la naturaleza como actriz y como productora».
Aunque se identifique a Kidman casi únicamente por su trabajo delante de las cámaras, con su productora ya se ha puesto al mando de películas como Los secretos del corazón, Monte Carlo y La familia Fang.
Está por ver si la estrategia, que nace con la clara premisa de enganchar a los seguidores de la artista, obtiene los resultados esperados. Ambición es lo que demuestra Kidman por ahora. El trato se concreta en varias películas y producciones seriadas en la gran pantalla y en televisión. La actriz se ha lanzado a conquistar las nuevas posibilidades que existen en el sector audiovisual.