Las series del 2019, el año de las historias reales: de «Chernobyl» a «La voz más alta»

MIKEL AYESTARAN COLPISA / MADRID

PLATA O PLOMO

Los últimos 12 meses han sido también los de tres grandes espedidas: «Juego de Tronos», «The Big Bang Theory» y «The Affair»

31 dic 2019 . Actualizado a las 17:45 h.

El 2019 cambió el guion de las series. Este ha sido el año que ha dicho adiós a Juego de Tronos, The Big Bang Theory y The Affair, y que ha abierto la puerta a grandes historias reales con Chernobyl y La voz más alta. El año despide a algunos de los personajes masculinos más populares de esta década, como Jon Nieve yTyrion Lannister, de Juego de Tronos; Sheldon Cooper, de The Big Bang Theory; y Elliot Alderson, de Mr. Robot. A estos últimos hay que añadirle el de Noah Solloway, que Dominic West ha encarnado durante cinco temporadas en The Affair. Desde los tiempos de The Wire no se había encontrado con una obra con semejante repercusión debido a su particularidad para contar los mismos hechos desde la visión de diferentes personales.

Al que le tocó entrar en una gran producción catódica en horas bajas fue a Mahersala Ali, elegido para encabezar el reparto de la tercera tanda de episodios de True Detective, producción en la que encarnó a un detective de la policía de Arkansas al que el espectador sigue a lo largo de varias décadas. Tras el fiasco que supuso la llegada a esta serie de Vince Vaughn y Colin Farrell, a Ali le encargaron regresar a los niveles alcanzados por McConaughey y Harrelson. Y lo intentó en compañía de Stephen Dorff, que también supo darle la réplica.

Otro peso pesado de la interpretación, como es Russell Crowe, también se pasó a la televisión para asumir un reto nada sencillo, el de revivir a Roger Ailes, el magnate de la Fox que aupó a Trump a la Casa Blanca y cuya trayectoria se truncó al ser acusado por varias mujeres de acoso sexual. El protagonista de películas como Gladiator y Una mente maravillosa se sometió a una exhaustiva caracterización a base de maquillaje y prótesis para parecer más rollizo, calvo y envejecido.

A Sam Rockwell también le sedujo modificar su físico para meterse en la piel de un personaje real y se convirtió para la miniserie Fosse/Verdon en el director de títulos emblemáticos como Cabaret y Lenny. Gracias a él conocimos los excesos de un genio de los musicales que abusó de casi todo lo tóxico que se puede abusar en la vida.

Por su parte, Jared Harris consiguió el papel de Valeri Legásov, fundamental para entender todo lo que sucedió en Chernobyl. Este ilustre científico soviético resultó clave en la comisión gubernamental que investigó las causas del accidente en la central nuclear e intentó minimizar sus devastadores efectos. En la propuesta de HBO lo vimos defender la verdad y buscar justicia, incluso en momentos (como el del juicio) que en la vida real no sucedieron tal cual.

Netflix también repescó una historia real para la serie Creedme. Y acertó, porque logró contar el vía crucis de la víctima de una violación de otra forma, ya que revela la humillación de que los investigadores y el entorno de la atacada cuestionen su versión hasta considerarla una invención. Es lo que le ocurrió a Marie Adler en el 2008, que denunció una agresión sexual, pero fue juzgada por su pasado problemático y por su familia desestructurada. Toni Colette y Merritt Wever están soberbias en su interpretación de agentes de policía.

En el ámbito nacional y dentro la tendencia seriéfila de recrear vidas célebres, Miguel Ángel Silvestre se convirtió en Pablo Ibar para En el corredor de la muerte, proyecto con el que Movistar narró el caso del preso español acusado en Florida de un triple asesinato que asegura no haber cometido. El intérprete de Castellón dejaba atrás los roles de galán que siempre le han acompañado en su carrera para retratar la angustia entre rejas -con la presión de la pena de muerte- de alguien que estaba en el lugar menos indicado, en el momento más inapropiado.

En el año que se extingue, Salva Reina y Enric Auquer, las dos revelaciones televisivas del 2019, han conseguido explorar nuevas facetas o recorrer caminos que en su carrera todavía no habían visitado. El primero ha sido el alma de Malaka, la arriesgada apuesta de TVE sobre un policía corrupto. Acostumbrados a verle en tonos más cómicos, como el de Allí abajo, el actor ha dejado claro que es un todoterreno que no se amilana ante ningún género. Después de años en papeles con menor proyección, se le presentó su gran oportunidad en el cine como narco de Quien a hierro mata, dirigida por Paco Plaza, y la aprovechó. Leticia Dolera también confió en su potencial y le ofreció representar a un joven discapacitado en la serie Vida perfecta. Y él terminó haciendo sombra al trío femenino protagonista.

El repaso termina con dos de los mejores productos vistos durante estos últimos meses en HBO, Euphoria, donde Jacob Elordi fue un perverso adolescente dispuesto a todo por esconder sus sombras personales y familiares, y Succession, con un reparto en estado de gracia en el que destaca el patriarca Brian Cox.