«Snowpiercer»: Cuando la humanidad coge el último tren

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

PLATA O PLOMO

Netflix adapta la película de Bong Joo-ho, en la que los últimos supervivientes de una Tierra a 199 grados bajo cero resisten a bordo de 1.001 vagones en marcha

26 may 2020 . Actualizado a las 11:13 h.

Bong Joon-ho, el ganador del Óscar por Parásitos, firmó con la película Snowpiercer uno de sus mejores trabajos. La serie Snowpiercer: Rompenieves acaba de llegar a Netflix como una adaptación televisiva de aquel filme en diez capítulos para contar la historia de un grupo de supervivientes de la raza humana.

La ficción, protagonizada por Daveed Diggs y Jennifer Connelly, está ambientada siete años después de que el mundo se convirtiese en un páramo congelado. Las últimas personas que quedan con vida habitan en un tren con 1.001 vagones en perpetuo movimiento que se desplaza por todo el planeta. Con 199 grados bajo cero en el exterior, este expreso que no se detiene es el último lugar donde vivir.

La serie sigue el espíritu tanto de la película de Bong como de la novela gráfica que la inspiró, Le Transperceneige, de Jacques Lob y Jean-Marc Rochette. Lucha de clases, injusticia social y la tiranía de la ley del más fuerte son cuestionadas en esta adaptación televisiva que encierra una subversiva crítica al capitalismo.

En un singular paralelismo con el actual confinamiento, la trama comienza con una catástrofe medioambiental cuando, como medida para combatir la crisis climática, la humanidad enfría artificialmente la Tierra hasta que, por error, convierte el planeta en un lugar helado e inhabitable.

Entonces arranca el tren Snowpiercer, donde los supervivientes viajan sin detenerse jamás. En su interior se replican los desequilibrios del capitalismo: los más ricos viven en los vagones de primera clase, mientras los pobres se hacinan en la parte trasera en condiciones inhumanas.