Las series buscan su medida adecuada

mikel labastida MADRID / COLPISA

PLATA O PLOMO

No existe una regla fija sobre cuántas temporadas deben durar estas ficciones

27 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos días The Walking Dead se despedía sin hacer demasiado ruido después de 12 años de emisión. La serie, que en su momento fue un fenómeno, había perdido fuelle a medida que avanzaban las temporadas. Nadie entendía que se siguieran grabando capítulos de una producción que daba síntomas de agotamiento. Todo el mundo coincide en que la ficción de los zombis tenía que haber terminado hace tiempo aunque es difícil determinar cuándo. ¿Cuántas temporadas ha de tener una serie? ¿Existe una duración recomendable? Lo de The Walking Dead, con 11 temporadas, es una excepción en el panorama actual, en el que se apuesta por las miniseries o al menos series más cortas que antes.

A esta regla sobreviven pocos ejemplos. The Crown es uno de ellos. Acumula cinco tandas de episodios y sigue consiguiendo buenas audiencias y atención mediática. Aunque también es cierto que la última ha sido la que ha provocado más críticas y ya hay quien acusa cierto desgaste. «Creo que lo que determina la duración de las series hoy en día es el consumo, que ha cambiado. Antes se apostaba por series de largo recorrido que asegurasen meses de buena audiencia a las cadenas. Ahora, las plataformas cuelgan a menudo todos los capítulos el mismo día, con lo cual el impacto en el tiempo es mucho menor. Los productos envejecen antes». Lo explica Jacobo Delgado, guionista desde el 2002 de Cuéntame cómo pasó, una de las obras más longevas de nuestra televisión. Y una excepción también en la industria española en la que lo habitual últimamente es rodar tres temporadas. Élite se escapa a esa regla, es verdad. Lleva seis y ya prepara la séptima. Y La que se avecina, que acaba de estrenar la 13. Pero se observan como rarezas.

«Hay más series que nunca, sí, pero los proyectos son más cortos y dan trabajo a menos gente, sobre todo en la sala de guion. Antes se necesitaban equipos numerosos, donde tenían cabida jóvenes sin experiencia que se iban curtiendo. Así accedimos muchos de mi generación a la industria. Hoy puedes escribirte una serie de seis capítulos tú solo o con un compañero y el acceso de los jóvenes a la profesión se hace más complicado. Es paradójico. Las plataformas han provocado un bum de series, con guionistas con funciones ejecutivas, algo impensable hace poco, y sin embargo se ha precarizado el trabajo. Vender una serie que funcione te asegura trabajo un año. Al siguiente tienes que vender otra distinta», añade Delgado.

¿En qué se debería basar la duración de una serie, en la propia trama o en el éxito? «Depende», responde el guionista Javier Olivares. «Si es una serie histórica y te quedas a mitad de la historia o de la vida del personaje principal, es un fail total para todos. Pero, en realidad, siempre depende de eso tan difícil de definir como es la palabra éxito, algo difícil incluso de medir. Si exceptuamos el buen año de los ingleses —excelente— y de las públicas europeas, últimamente hay un bajón de calidad en el nivel medio de las series en plataformas (salvo honrosas excepciones). Y nos dicen que las ven millones de personas y se renuevan. Pero no oigo a nadie hablar de ellas. Usar y tirar, vaya», explica.

Personajes y conflictos

Delgado y Olivares hablan de los casos en los que ellos están implicados. «En Cuéntame, que es mezcla de serie histórica y saga familiar, llevamos 20 años contando cómo éramos en nuestro pasado más reciente, y podríamos seguir contándonos muchos años más. Todos los finales que nos hemos ido planteando a lo largo de este tiempo, desde la muerte de Franco al glorioso 92, pasando por el el 23-F, han terminado siendo meras metas volantes», relata el primero. «Otra serie en la que escribo, HIT, es un ejemplo paradigmático de renovación de personajes y conflictos. Cada temporada solo repite el protagonista, el resto de personajes son nuevos. Acabamos de terminar el rodaje de la tercera temporada, pero la serie podría continuar unas cuantas más», añade.

«Creo que la medida ideal de una serie tipo son dos o tres temporadas como mucho. Hay excepciones, claro. Doctor Who o El Ministerio del Tiempo se permiten poder cambiar hasta de protagonistas y su concepto puede extenderse a más. Pero incluso ellas deben tener cuidado de no estirar el chicle o pierden el espíritu», apunta Olivares.

Es raro en el panorama actual que a un creador se le dé barra libre para decidir en cuántas temporadas dividirá su relato. Vince Gilligan consiguió lo imposible con Better Call Saul, ya que solicitó tener seis temporadas por delante para trazar el recorrido de Jimmy McGill y AMC se lo concedió. Contaba con el aval de Breaking Bad detrás. No es habitual. «Yo hago series de temporada en temporada. Vas aprendiendo y acabas limitándote a eso», justifica Olivares.