En caso de divorcio con Douglas, la actriz pide 75 millones por año de matrimonio Pensábamos que el amor, lo más parecido al amor, era estar abrazado a la yugular de Catherine Zeta-Jones en una puesta de sol mallorquina. Craso error y cursilada total. Ella, la mujer que consiguió salvar de la adicción al sexo al visceral Michael Douglas. Ella, con esos ojos rasgados y esas piernas como de portería de rugbi.
01 jul 2000 . Actualizado a las 07:00 h.Pues ella, esa británica señora con nombre como de marca de coche, le ha puesto precio a la separación antes de casarse. Nada menos que 75 millones de pesetas por cada año de ¿feliz? matrimonio. Es como si nada más nacer ya te mostraran el nicho para criar malvas. Lo que más sorprende es que Catherine no es precisamente una desvalida e indefensa estudiante que quiera asegurarse un futuro dorado gracias al desamor. Tenía razón aquel que decía que hasta los sentimientos podrán cotizar en bolsa. Como cunda el ejemplo de la actriz, el principio de una relación será lo más parecido a una OPA agresiva. Y la ruptura, una quiebra con suspensión de pagos. Catherine ha roto el hechizo. Nos ha dejado a todos un poco descompuestos, mientras que ella será feliz con boda o con divorcio.