Las principales capitales del mundo se volcaron en recibir con espectáculos de fuegos artificiales el año 2001 Los astronautas de la Estación Espacial Internacional han sido los humanos que más veces recibieron el nuevo año, siglo y milenio. En total fueron quince veces, aunque ni siquiera pudieron tomar una de las 180 uvas que les correspondían ni descorcharon una sola botella de champán. Pero, como ya es tradición espacial, brindaron con coñac que las tripulaciones suelen llevar a hurtadillas. Con los pies en la Tierra, todo el planeta cambió los dígitos del año con grandes fiestas, en las que imperó el frío y la lluvia. A pesar de ello, las capitales gastaron todo su arsenal pirotécnico en empezar el 2001 con buen pie.
01 ene 2001 . Actualizado a las 06:00 h.Australia fue el primer país en dar la bienvenida al siglo y lo hizo por todo lo alto para conmemorar al tiempo el centenario de su federación. La bahía de Sidney volvió a iluminarse con los fuegos artificiales como ya sucedió en la clausura de los últimos Juegos Olímpicos del XX, hace sólo unos meses. El gran cambio se ha sufrido Alemania en sólo cien años quedó simbolizado la noche del 31 de diciembre en Berlín. Un millón y medio de personas festejaron el paso al 2001 en la Puerta de Brandemburgo, antiguo símbolo de la división de Berlín por el muro erigido por la dictadura comunista. La capital alemana gasto más de 644 millones de pesetas en el espectáculo de fuegos artificiales bautizado con el nombre de Metamorfosis. La Torre Eiffel de París también se transformó y se vistió de luces azules en la noche de San Silvestre. Pese a la lluvia y el frío, miles de personas bailaros en la calle, por los Campos Elíseos, igual que hicieron los húngaros en los puentes que unen sobre el Danubio las dos antiguas ciudades Buda y Pest, que se transformaron en pistas de baile. En Nueva York, el legendario boxeador Mohamed Ali apretó el botón que hace descender, durante un minuto justo antes de medianoche, la bola de cristal de Time Square, en el corazón de Manhattan. En Copacabana, la más famosa playa de Río de Janeiro, pese a la tormenta y a lluvias torrenciales, dos millones y medio de personas se reunieron y vibraron al son de los tambores de la macumba, un culto afro-brasileño. A pesar del agua, la celebración duró hasta la mañana y se hicieron estallar más de trece mil tracas. Mensaje papal En una noche de fiesta, el papa Juan Pablo II manifestó el deseo de que «el nuevo milenio traiga a todas las naciones paz, justicia, fraternidad y prosperidad». «Dios guía los acontecimientos de la humanidad y camina con los hombres», declaró Su Santidad ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro.