El diseñador gallego presentó ayer una colección que combina romanticismo y años ochenta «Si se cuenta con verdadero apoyo, todos los diseñadores estarán allí», dice el creador
17 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.Antonio Pernas apuesta por darle a la pasarela Cibeles un golpe de efecto y que éste tenga lugar en algún punto de Galicia. El diseñador coruñés, que ayer protagonizó el segundo pase de la jornada inaugural de los desfiles que muestran la moda del próximo invierno, aseguró que «sería estupendo que Cibeles adquiriera un carácter itinerante y que la próxima edición se celebrara en Galicia». Pernas, que en el pasado se había mostrado contrario a la posibilidad de ubicar en Galicia la sede estable de la futura pasarela única de la moda española, afirma que cree más en una cita itinerante, porque Cibeles «necesita un revolcón». «Los cinco diseñadores disidentes nos fuimos porque hacía falta una nueva perspectiva, y lo que no podemos es ahora caer otra vez lo mismo -afirma-. Hay que dar un paso más, porque, aunque ahora estamos bien, podemos estar aún mejor». Diferenciarse Pernas dice que Cibeles debe apostar ya por diferenciarse. «Aunque es muy cómodo estar siempre en el mismo lugar, no podemos dejar que esto se vulgarice», sugiere. En su apuesta por un cambio de ubicación, dice que Galicia sería la alternativa por su peso en el mundo de la moda y como gesto de respaldo y promoción. Incluso apunta a que podría enmarcarse dentro de ese prometido Plan Galicia. De llevarse a cabo, la mejor opción sería en la próxima edición de septiembre. «Si se cuenta con un verdadero apoyo, seguro que todos los diseñadores estarían allí y, por supuesto, con los cuatro gallegos de Cibeles a la cabeza», señala. Sobre esta idea lanzada ayer por Antonio Pernas, el presidente de la Asociación de Creadores de Moda de España, Modesto Lomba, declaró que «sería un gesto muy entrañable». El diseñador, de madre gallega y con familia en O Grove, dice que «a título personal» se apunta aunque como representante de los Creadores de Moda lo ve «complejo y difícil». No obstante, no descarta la posibilidad de que, al margen de Cibeles y una vez concluida ésta, un grupo de diseñadores pueda hacer una presentación en Galicia como apoyo. Sin cambios radicales Ya sobre la pasarela, Antonio Pernas mostró una colección que entronca con el romanticismo del siglo XIX y, de paso, revisa los años 80. Una mezcla que es una evolución dentro de su estilo pero sin cambios radicales ni concesiones a las tendencias. Convenció con conjuntos como el compuesto por un cuerpo de encaje transparente con una original falda evasé confeccionada en piel de conejo blanca y que dejaba asomar por debajo una discreta enagua de tul o con un abrigo de cola negro que volvía a arrastrar el tul tras su larga estela de lana. Este abrigo, el cierre del desfile, no hizo más que llevar al extremo lo visto a lo largo de toda la colección, en el que el largo máximo fue la tónica dominante para esta prenda exterior. El romanticismo se vio también en elementos como las botas de época o las siluetas ceñidas en la parte superior y flojas en la caída. Frente a esto, otra línea dejó entrever la parte más arriesgada de este creador coruñés, con menciones expresas a los ochenta en cuerpos, vestidos y pantalones llenos de fruncidos y en minishorts con mucho volumen. En cuanto a colores, el eterno negro convivió con el rosa palo, el gris plata, el marrón, el camel e incluso el fucsia en este trabajo.