Beckham también en Milán

La Voz

SOCIEDAD

ALBERTO LÓPEZ

Hechos y figuras

22 jun 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

Es muy probable que a estas alturas ya estén hasta el moño de David Beckham. Pero la realidad es tozuda y se empeña en servirnos cada día imágenes del rubio de oro. La que ilustra hoy esta página es un ejemplo de que, más que un futbolista, el nuevo centrocampista del Real Madrid es una marca en sí mismo. Porque esta es la propuesta más llamativa que ayer suscribieron en la primera jornada de la pasarela masculina de Milán los diseñadores Dolce y Gabanna, que sugieren a quienes quieran oírlos que lo que procede para ir a la última es plantarse una camiseta con el número 7 y el nombre de David. Aunque usted se llame Pedro. De Dolce y Gabanna es también el modelito perpetrado sobre el cuerpo de Naomi Campbell, que ya mismo voy a ensayar un look parecido en cuanto llegue a casa. El contrapunto lo puso Versace, que ayer se miró en el espejo de Michael Douglas para proponer un hombre más comedido y elegante. El otro Janeiro, en Sarria Sarria vivió ayer uno de los días grandes de las fiestas del San Xoán. En una villa con considerable arraigo en el mundo de los toros no podía faltar un festival. Los aficionados recordaban cuando en 1969 torearon por estas mismas fechas El Cordobés y Palomo Linares. El cartel de ayer también tuvo un diestro de renombre, aunque no por sus habilidades en el coso. Víctor Janeiro, el hermano pequeño de Jesulín de Ubrique, se entrenó ayer en Sarria, antes de confirmar su alternativa como matador, a finales de esta temporada en Madrid. Me cuentan que, para ser justos, ayer le tocó en suerte un novillo de los más duros de la corrida y cuajó una gran faena. Fíjense lo que pasa cuando uno organiza una fiesta de cumpleaños en un castillo e invita a todo quisqui. Un actor británico llamado Aaron Barschak burló el sábado el cordón de seguridad que custodiaba el acceso al castillo de Windsor y se coló en la fiesta de aniversario del príncipe Guillermo. Barschak es un cómico que se autodefine como «terrorista de la comedia» y que decidió dar un golpe de efecto para promocionar el espectáculo que presentará en el próximo Festival de Edimburgo. Para pasar inadvertido entre los 300 invitados, el intruso escogió un disfraz sorprendente, el de Osama Bin Laden. Ni las barbas ni el turbante con el que quiso emular al hombre más buscado del planeta fueron señuelos suficientes para los eficientes chicos de Scotland Yard.