Quessada, en Estrasburgo

Alba Díaz-Pachín | alba.diaz@lavoz.es

SOCIEDAD

20 ene 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

De la mano del Parlamento Galego y de Caixa Galicia se ha ido Xaime Quessada a Estraburgo. A exponer, claro, y nada menos que en la Eurocámara. A pesar de quienes eran sus anfitriones, el ourensano no se cortó: « Yo nunca fui político, no creo en el arte político, sólo pretendo ser un periodista de la pintura», dijo. Y él, que no se caracteriza por la modestia, también hizo patria: «La gente atlántica como yo y Van Gogh somos mucho más luminosos que los mediterráneos. Mis cuadros son coloristas porque los gallegos adoramos el color». En fin, ya saben cómo se las gasta el genio postcubista, yo les dejo una frase que me encantó: «Los cementerios son tan feos que me declaré inmortal para no enterrarme». Y de Estrasburgo a París. De la mano de la moda, como es lógico. Sigue la semana de la alta costura y, todavía convulsionado el mundo del vestir por lo arriesgado y maravilloso de la propuesta de John Galliano para Dior , ayer desfiló otro de los grandes: Karl Lagerfeld. Más sobrio que nunca y Chanel como siempre, el alemán escogió el blanco y el negro para su colección, con un poquito de rosa palo como toque de color; mujeres sacadas de un catálogo de los años 20 y poco espectáculo (máxime después del derroche de la víspera). También desfiló Versace , que presentó modelos cada vez más parecidas a Donatella , salvando las distancias y el mal gusto. Completó la lista Hubert Barrere , que quiso sorprender pero que no dejó a nadie boquiabierto. Galliano es mucho Galliano. No tengo espacio para la foto, pero seguro que todos han visto las imágenes en los informativos (o las verán). Ana Palacio se entrevistó con el líder libio Muamar el Gadafi en Trípoli, y ambos, juntos pero no revueltos, parecían sacados de los años ochenta. Ella, sobria en su línea, con un traje de seda salvaje en color champán, una insignia en la solapa que prefiero no saber de qué era, y el pelo recogido con horquillas; y él, con un traje pantalón y chaleco-cazadora de polipiel (seguro que no lo era pero, peor todavía, lo parecía) a juego con un gorrito-fez, todo en verde con motas cocodrilo que, sinceramente, no puedo mirar mucho rato para describírselo, porque me mondo. En fin, ya saben que la moda no incomoda y cualquier día de estos estamos todas luciendo estilo Gadafi, que cosas más raras se han visto (que tire la primera piedra quien no se haya puesto calentines).