La lencería, lejos de la televisión

Alba Díaz-Pachín | alba.diaz@lavoz.es

SOCIEDAD

ZAYRA MORALES

10 nov 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Inaudito lo que ocurre en Estados Unidos. Una ola de moralina ha inundado la vida pública en un país ya tradicionalmente conservador y ocurren cosas tan locas como suspender la retransmisión televisiva de un desfile de lencería. Como lo oyen. Imagínense que en las cadenas españolas no se puedan ver las creaciones que TCN o Andrés Sardá presentan en Gaudí porque podrían resultar provocativas. De acuerdo que en este caso se trata de un desfile muy muy especial, el que desde 1995 organiza la firma de lencería de lujo Victoria's Secret y que reúne a las mejores top model del momento en un espectáculo impresionante. Ciertamente enseñan mucha carne, pero también plumas, marabú, lentejuelas y decorado en un derroche de imaginación y glamur. El año pasado en este periódico le dedicamos la última plana a un desfile que vieron unos quince millones de norteamericanos a través de la CBS. En esta ocasión Ed Razek, responsable creativo del grupo propietario de Victoria's Secret, Limited Brand, dijo al periódico Wall Street Journal que tras el escándalo del pezón de Janet Jackson en la SuperBowl, tanto la firma como la cadena de televisión afectada, la CBS, decidieron de mutuo acuerdo evitarse un sofocón. Tres cuartos de hora de modelos en ropa interior cotiza a la baja en Estados Unidos. Lo curioso es que Victoria's Secret haya esperado tanto tiempo -el nipplegate o escándalo del pezón saltó el 1 de febrero- para cancelar la emisión de la fiesta, y todo hace pensar que los responsables de la marca estaban esperando a las elecciones para ver cómo respiraban los inquilinos de la Casa Blanca. El caso es que como los yanquis no dan puntada sin hilo, han decidido que ya que los norteamericanos no pueden ver en su casa el desfile, al menos podrán mirar a las modelos en su gira Los ángeles cruzan América, en clara alusión al estilo angelical (ardiente, pero angelical) de los desfiles de la firma. Nada menos que Heidi Klum, Adriana Lima, Alessandra Ambrosio, Tyra Banks y Gisele Bundchen recorren esta semana Nueva York, Miami, Las Vegas y Los Ángeles, por grandes almacenes, encuentros deportivos o en la calle. Van ataviadas con camisetas, camisoncitos de colores y viajan en un reactor privado. El sueño de la lujuria hecho compra sigue en pie a pesar de Bush . La actriz estadounidense-toledana Gwyneth Paltrow dice que le gustaría ser una chica Almodóvar , es decir, trabajar con el director manchego. Lo considera, según comentó en Roma, «inspirado, valiente y muy interesante». Paltrow pasará a partir de ahora algunas temporadas en España, ya que la familia con la que residió en su época de estudiante, y que considera su segundo hogar, le ha regalado un terreno en Talavera de la Reina y se hará una casa de campo (hasta ahora sólo tenía pisos en Londres y California). Sigo con actores, casados y cansados (¿no era Quevedo el que decía que la sabiduría del español era tal que entre casado y cansado sólo había una letra de diferencia?). Bueno, pues el caso es que Liz Hurley, le llamo actriz por no decir modelo, quiere casarse en la India con su novio, el hombre de negocios de ese país Arun Nayar, según un diario británico. Se espera que la pareja se case cuando Nayar consiga su divorcio de su esposa italiana, Valentina Pedroni . Su ex novio, Hugh Grant, en cambio, dice sentirse cansado del cine, tanto que para él fue un auténtico «purgatorio» el rodaje de la segunda parte de El Diario de Bridget Jones, estrenada el martes en Londres. Allí dejó entrever su situación: «Cada vez me entusiasma menos (rodar). He hecho muy poco en los últimos años y para decir la verdad, no sé qué voy a hacer ahora». A lo mejor tiene algo que ver su noviazgo con Jasmina Goldsmith, de la que sólo es oficialmente amigo.