
Hechos y figuras
12 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.Podía vivir el resto de su vida como una princesa. Pero no quiso. El amor por un plebeyo pesó más en una mujer que se empeñó en ser como los demás, sin las ataduras de un palacio anclado en viejas tradiciones. Así, la princesa Sayako, hija única del emperador Akihito de Japón, se despidió este sábado de su familia y antepasados en el último ritual que celebra antes de su boda con un plebeyo el próximo martes en Tokio. Ataviada con junihitoe , un vestido de ceremonia de color púrpura como el que llevaban las damas de la corte antaño, y un abanico, la princesa oró en el templo del palacio imperial donde se veneran las almas de sus antepasados. Por la tarde, eligió un vestido blanco largo para despedirse de sus padres, el emperador Akihito y su esposa, Michiko, con quienes compartió un vaso de sake (licor de arroz) para el adiós. Sayako, de 36 años, perderá con ese paso su título de nobleza en cuanto se case y tendrá que abandonar el palacio imperial. El amor de su vida se llama Yoshiki Kuroda, un plebeyo de 40 años y urbanista del Ayuntamiento de Tokio. La recepción nupcial se celebrará en el célebre hotel Imperial de Tokio. Estamos, aunque parezca raro, ante el primer matrimonio de una princesa imperial en Japón en 45 años. Apasionada de la ornitología, Sayako es el tercera de los hijos del emperador Akihito y de la emperatriz Michiko. El Gobierno nipón le concederá una subvención de 1,5 millones de euros para asegurar sus necesidades diarias. Seguro que llega a fin de mes. Una exposición de Marilyn Monroe reúne a varias «playmates». Otro que tampoco tiene problemas para llegar a fin de mes es el propietario del imperio Playboy, Hugh Hefner. El magnate norteamericano acudió al puerto de Los Ángeles, donde está atracado el Queen Mary, para disfrutar de una exposición que recoge cientos de objetos que pertenecieron a Marilyn Monroe. Hugh Hefner, que nunca está solo, acudió a la cita con una representación de mujeres que han posado en su revista. Sonsoles Espinosa se viste de campesina en la ópera «Don Chisciotte». Pocas veces la ópera levanta tanta expectación. Esta vez fue por la presencia de Sonsoles Espinosa, esposa del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. No es que estuviera entre el público, sino sobre el escenario, en el Teatro de Tomelloso, ataviada de campesina junto a otras cantantes del coro. Su presencia provocó que se volvieran hacia ella todos los flashes y cámaras en el momento en que apareció en escena.