«Governator» se encara a Bush

Vítor E. Rodríguez CORRESPONSAL | MONTREAL

SOCIEDAD

Crónica | California asume por su cuenta el control de la contaminación El boicot de Bush al protocolo de Kioto ha puesto en su contra a gran parte de la población y a políticos que, como Schwarzenegger, han impuesto una agresiva política de protección ambiental

02 dic 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

La política de oposición al Protocolo de Kioto de la administración federal de Estados Unidos ha generado una especie de revuelta popular a la que ya se han sumado más de 180 grandes ciudades, numerosas empresas, varios estados y miles de ciudadanos. Lideradas por el alcalde de Seattle, Greg Nickel, las grandes urbes estadounidenses han decidido asumir los retos de Kioto y comienzan a crear planes alternativos de reducción de emisiones de gases contaminantes mediante el empleo de energías limpias, la promoción del uso del transporte en común y la creación líneas de ayuda a las empresas que decidan adoptar políticas de ahorro energético. Pero es el estado de California el que, cansado de la actitud de una Administración federal empeñada en boicotear los acuerdos de Kioto, ha tomado la delantera y ha decidido lanzar una agresiva política de protección ambiental y de reducción de gases contaminantes que va más allá de lo acordado en la ciudad japonesa. El pasado mes de junio, el governator Schwarzenegger anunció un ambicioso plan para reducir antes del 2050, las emisiones de gases contaminantes en un 80% con respecto a los niveles de 1990. Su plan ha sido acogido con entusiasmo en un estado que en los últimos años se ha acostumbrado a experimentar situaciones climáticas extremas. Grandes tempestades de nieve, inundaciones, sequías prolongadas o inmensas áreas devastadas por el fuego han creado entre los californianos una conciencia ecológica que en muchos casos se mezcla con la economía. Según el plan del Gobierno de California, aparte de los beneficios sociales y ecológicos de una política dura de lucha contra el cambio climático, están los 180.000 millones de dólares que calcula que generará cada año la industria de nuevas tecnologías, de las que California, una de las economías más grandes de EE.?UU. y entre las diez primeras del mundo, espera beneficiarse. Silicon Valley, la meca de las altas tecnologías, se ha sumado a los planes de Schwarzenegger y ha anunciado su compromiso para reducir sus emisiones en un 20% de aquí al 2010. A pesar de estos avances, no todas son buenas noticias para el governator . La industria automovilística, responsable de un tercio de las emisiones de CO2 en EE.?UU., se muestra reacia a aceptar las políticas limpias de California y lucha en los tribunales para impedir que entre en vigor la propuesta. Según la nueva legislación, asumida ya por varios estados, los fabricantes se verán obligados a partir del 2010 a reducir un 30% las emisiones de los vehículos, una cifra similar a lo propuesto por la UE. Los sondeos parecen dar la razón a Schwarzenegger, ya que una gran mayoría de americanos apoya el Protocolo de Kioto y les gustaría que el gobierno federal asumiese como propios los esfuerzos locales y por hacer frente al cambio climático.