Moda libre de tóxicos

A. Prádanos MADRID

SOCIEDAD

Dieciséis diseñadores españoles se unen a Greenpeace para diseñar prendas sin sustancias químicas dañinas

19 jun 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Faltos de pelaje natural, la ropa nos cubre la percha, protege del frío y el calor y permite diferenciarnos como individuos, siquiera a primera vista. A la vez, nos pone en contacto a ras de piel con un número insospechado de sustancias tóxicas procedentes de los procesos industriales de fabricación textil. Plomo, níquel, cromo VI, arilaminas, ftalatos, FPCs, alquifenoles y formaldehídos están presentes, entre otros muchos, en tintes, estampados, acabados envejecidos, tratamientos antimancha, pátinas impermeabilizantes... La lista de productos y sus aplicaciones textiles es inacabable y sus posibles daños a la salud también. La mayoría se acumulan en el organismo humano y en la naturaleza, y forman un cóctel tóxico de consecuencias impredecibles. De varios de estos compuestos se conoce su potencial cancerígeno y de otros, sus efectos en el sistema endocrino y reproductivo. Los más inofensivos son responsables de un creciente número de alergias y afecciones de la piel. Contra esta realidad se rebela Greenpeace desde hace tiempo y ahora secundan su protesta nombres ilustres de la moda española. El gallego Antonio Pernas, Hannibal Laguna, David Delfín, Ion Fiz, Carlos Díez, Jocomomola (Sybilla), Ágatha Ruiz de la Prada, Carmen March... hasta dieciséis modistos y diseñadores, junto a tres pesos pesados de la industria textil y del calzado como Inditex (Zara), Mango y Camper suman sus voces en defensa de una Moda sin Tóxicos . La campaña arrancó ayer a su manera, subida a una pasarela verde donde los creadores exhibieron una colección de prendas libres de químicos peligrosos. Todos ellos suscribieron con la organización ecologista acuerdos para eliminar al menos uno de estos componentes de toda su producción y sustituirlo por otro inocuo para la salud. Camper y Mango, que ya contaban con una política propia de reemplazo de tóxicos, se comprometen a suprimir de forma gradual los compuestos peligrosos. El ciudadano medio convive con 100.000 sustancias químicas, de las que sobre unas 75.000 no existen datos.