La madre de la modelo muerta pide a las familias «que se ocupen de sus hijas»

La Voz LA VOZ | REDACCIÓN

SOCIEDAD

La chica llevaba años viajando sola porque necesitaba todo el dinero para ayudar en casa Todos los medios latinoamericanos destacan lo adecuado del filtro de Cibeles

16 nov 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Ana Carolina Reston, la modelo brasileña de 21 años que falleció el martes por culpa de la anorexia, llevaba más de dos años y medio con serios problemas de alimentación, y no atendía las peticiones de su familia para que comiese. Ahora, su madre, Miriam Reston, se lamenta de lo ocurrido y alerta a las madres de las otras modelos: «Pido que se ocupen de sus hijas y que no cometan el mismo error que yo, porque la pérdida es irreparable. Ella me pedía que no la obligara a comer y yo no la obligaba». El único consuelo que le queda es que el caso de Carolina «sirva de lección para las adolescentes» que sueñan con triunfar en el mundo de la moda. La de Carolina es la segunda muerte en pocos meses por el mismo motivo entre modelos profesionales -la primera fue la uruguaya Luisel Ramos, que en agosto, tras un desfile en Montevideo, murió de un infarto- y esto ha desatado la alarma en Sudamérica. Los medios de comunicación de la región aplaudían ayer la decisión de la pasarela Cibeles de exigir un índice de masa corporal mínimo de 18, frente a casos como el de Carolina, que llegó al 13,5. De hecho, ella misma, que con 1,74 metros tenía una talla 36-38, era tildada de gordita en sus comienzos, de ahí su interés por adelgazar que le llevó, en los últimos tiempos, a alimentarse sólo de manzanas y tomates. Cuando comía algo más iba corriendo al baño a vomitar: «Tiraba de la cisterna para que no la oyésemos», comentó su prima Geise Strauss. La situación de Carolina Reston se agravó especialmente cuando comenzó a viajar por todo el mundo sola. Su madre no podía pagarse los billetes y la chica se acostumbró a no comer, hasta el punto de que en Japón una agencia alertó a Brasil de su delgadez. Todo el dinero que ganaba lo enviaba a su familia, que no atravesaba un buen momento: la madre vende oro y le robaron cuatro kilos, mientras que el padre comenzó un tratamiento contra la enfermedad de Alzhéimer. Carolina no tenía seguro médico y su ingreso hospitalario fue en un centro público. Por todo ello la madre se lamentaba ayer de no haberse dado cuenta del riesgo que corría su hija. La muerte de Carolina Reston -que pasó por las agencias Ford, Elite y últimamente L'Equipe- desveló casos dramáticos en el mundo de la moda: desde modelos que con 54 kilos les obligan a adelgazar hasta la historia de una chica que fue enviada a Nueva York por su agencia y allí le dijeron que se pasara una semana en la cama, durmiendo, sin comer, para poder ser una top.