Pretende que otros concursos de belleza se impliquen en el debate sobre la maternidad Quiere evitar otra polémica como la de la expulsión de la candidata de Cantabria
24 feb 2007 . Actualizado a las 06:00 h.Los servicios jurídicos de la organización de Miss España han respondido a la polémica levantada por Miss Cantabria, Ángela Bustillo, a quien le retiraron la corona porque tiene una hija. Según explica Antonio Martínez Camacho, actualmente parece imposible que cambien las cosas en el concurso nacional, porque forma parte de una organización internacional que mantiene las mismas reglas, pero a la vez Miss España se compromete a crear un debate interno en este colectivo para eliminar esta norma y la que impide presentarse a mujeres casadas. Son muchas las consideraciones que presenta Miss España antes de llegar a esta conclusión. La fundamental como defensa es que, igual que para entrar en las fuerzas de seguridad del Estado hay que tener una estatura mínima, o para acceder a la Pasarela Cibeles hay un índice de masa corporal que las modelos deben cumplir (sin que por ello se ponga en duda la profesionalidad de las que no dan esos mínimos), en Miss España ocurre otro tanto con la maternidad y el matrimonio de las modelos. Siguiendo este razonamiento, la organización alega que la Constitución Española exige la igualdad «en condiciones iguales» y en este caso «no se produce discriminación de ningún tipo por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social», ya que no se rechaza un caso concreto sino un supuesto general. De hecho, Martínez Camacho añade que, si otras madres o mujeres casadas se hubiesen presentado a la competición, tal vez Ángela Bustillo no hubiese conseguido su corona, pero no tuvo que competir con ellas porque accedió al concurso mintiendo y en ningún momento quiso impugnar las bases del certamen. En Miss España recuerdan que la sustituta de Bustillo tiene sus derechos, y cumple con los requisitos. Pero, además, Martínez Camacho incide en que las normas tienen vigencia internacional, por lo que, de no respetarse en España y en caso de que aquí ganase el concurso una mujer casada, esta no podría presentarse ni a Miss Universo ni a Miss Mundo. No ocurre así con otros certámenes, como el de Miss World, donde no existen limitaciones a este respecto. Martínez Camacho entiende que la norma puede ser discutible y por eso la organización «se compromete a realizar gestiones ante los titulares del certamen y demás franquiciados a nivel internacional para crear un estado de opinión que permita la supresión de todas aquellas bases del concurso sobre las que pueda recaer la sospecha de que puedan tener caracteres discriminatorios o contrarios a la dignidad de la mujer».