La protagonista de «Sexo en Nueva York» viste una prenda del diseñador gallego.
09 jul 2008 . Actualizado a las 11:45 h.Ahora que el cuarteto televisivo más glamuroso de la Gran Manzana da el salto (con tacones, por supuesto) a las pantallas de cine del país, probablemente serán muchas las mujeres que acudirán a uno de los estrenos más esperados de la temporada únicamente con la idea de estudiar lo que marcan las próximas tendencias. Y por lo que se ve en la cinta, Galicia tiene su sitio en el gran escaparate de la moda. Se lo ha ganado el modisto pontevedrés José Castro gracias a unos simples vaqueros; en concreto, un pitillo desestructurado lavado a la piedra y con cinco botones cuyo precio se acerca a los 500 euros.
Carrie Bradshaw, la lenguaraz columnista del The New York Star que, a la par que hacía crónica de los atractivos de la vida (y la noche) en la city, se convertía en un icono de la moda combinando gangas de mercadillo con piezas tan cotizadas como las firmadas por Manolo Blahnik, revela que su gusto por lo español no se queda en su debilidad por los zapatos del diseñador palmero que Madonna calificó en una ocasión como «mejores que el sexo».
Vestida con Dead Bird
Sea o no diferente del personaje que interpreta en la serie que popularizó su nombre, fue la propia Sara Jessica Parker la que reparó en los vaqueros Dead Bird que Carrie Bradshaw luce en una de las escenas de la película que hoy se estrena en España.
Hace poco más de medio año, la excéntrica diseñadora Patricia Field, estilista de la serie basada en el libro homónimo de Candace Bushnell que sabe perfectamente cómo traducir a ropa y complementos la «personalidad especial» de Carrie Bradshaw, se puso en contacto con la agencia de prensa que Castro Estudio tiene en París.
La también responsable del estilismo de Meryl Streep en El diablo se viste de Prada se mostró entonces interesada en utilizar diversas prendas de la empresa de José Castro para Sexo en Nueva York, la película. En su visual al repertorio del diseñador de A Cañiza que reside en Barcelona y triunfa en París, la actriz Sara Jessica Parker se dejó el ojo en unos vaqueros. Exactamente los mismos pitillo lavados a la piedra, con cinco botones y, a simple vista, aptos solo para estructuras delgadas que la columnista Carrie Bradshaw convierte en última tendencia en la película Sexo en Nueva York.