Alarde de duende y genio con Estrella Morente y Dulce Pontes en Pontevedra

SOCIEDAD

14 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El cielo dio tregua en Pontevedra el martes por la noche y dejó lucir las estrellas, pero solo las más dulces. Y lucieron. Aunque al principio despistaron al público con una presentación de sonidos africanos y con la sensación de que voces tan dispares no podrían compenetrarse, finalmente el duende y el genio se dieron la mano para fundirse en una sola voz, Dulce Estrella, el título unificador de la gira conjunta de la portuguesa Dulce Pontes y la andaluza Estrella Morente .

Pero las constelaciones también deben brillar con luz propia, y el flamenco de Morente le robó al público palmeos y bailes. Una seguidilla, luego un tanguillo y después una sevillana muy rápida bajo la mirada de su marido, el torero Javier Conde, entre el público. Un despliegue de arte y maestría de la hija del maestro Enrique Morente. La granadina se convirtió en «torbellino de colores, reina del temperamento, la de la bata de cola, ¡Lola!», en honor de la Flores.

Y Estrella dejó paso a Dulce, de negro, la pasión gemida y lamentada. El desgarro del sentimiento, en una poderosa voz domada al antojo de su dueña, consiguió el silencio emocionado del público. Fue reina de los fados en la tierra de sus « irmaos do Norte».

Dulce divertida, inquieta e impulsiva, y Estrella racial, serena y señora. La intérprete lusa tapaba con gracia los pasos flamencos de la granadina.

El público se entregó con Volver, pero emocionó el beso en la frente de Dulce a Estrella en Cançao do mar, en un concierto lleno de gestos de complicidad: «¡Gracias maestra!», le espetó Morente a Pontes por haberla guiado en su nueva andadura. Se convirtieron en dos ríos que confluyeron en María de Buenos Aires y en Gracias a la vida, en el que recordaron a las grandes de la música: Rocío Jurado, Amalia Rodrígues y, por supuesto, Lola Flores. Una canción en honor de todas las mujeres que trabajan. Y un final que dejó entre el público un solo pensamiento: «Gracias, Dulce Estrella».